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lunes, 27 de enero de 2014

El Gran Asesino: Capítulo 2.06

El Funeral


El reloj marcaba las 3 de la noche, aún seguía despierto mirando el cielo estrellado y sin luna. En la cama estaba Omar, se veía realmente sexy, había engordando un poco desde que llego aquí. Los dos estábamos nerviosos e intranquilos, pero él no parecía demostrarlo, descansaba tan plácidamente que me daban celos.
                -¿Qué haces ahí? –me pregunto con voz somnolienta y frotándose los ojos con ambas manos.

lunes, 25 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.05

Un nuevo trabajo


Estaba en el auto con Omar, manejaba eufórico y de manera extraña. Conducía hacia el edificio de la compañía de asesinos. Estaba muy triste, enojado, con sed de venganza y con ganas de matar a alguien. Quería matar al señor M.
                Llegue a la puerta del edificio, estacione el carro un poco inclinado; baje y Omar me siguió. Entramos juntos al edificio y camine directamente a la oficina de mi jefe. Entré empujando la puerta sin pedir permiso para entrar.
                -Bienvenido sea, señor Molina –me dijo mi jefe con toda la paz del mundo-. Lo estaba esperando. Por favor tomen asiento, usted también joven Omar.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.04

Los resultados del plan


Me desperté muy temprano, me levante de la cama con cuidado para no despertar a Mauricio, ya era hora de hacer el trabajo. Estaba completamente desnudo, igual Mau, fui a buscar en mi chaqueta la pistola, la cargué y apunte justo en la cabeza de Mauricio.
                Lo bese en los labios, no se despertó. Coloque el silenciador justo en su sien y jale el gatillo. La bala entro en su cráneo matándolo de forma instantánea, sin ruido, sin dolor, solo murió en paz y tranquilo.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.03

Placer en grupo


Por fin estábamos todos desnudos en el agua, Mauricio me acariciaba todo mi cuerpo, estaba reamente excitado. Sumergí mi mano y encontré una verga, no supe de quien era pero la apreté y jugué con ella. Luis se acercó a mí, recargándose en mi espalda sentí sus nalgas contra las mías, me giré para acariciarle la espalda, Mau no se separó de mí y empezó a jugar con mi culote.
                Mi dedo pulgar entro rápido en el ano de mi gordo, que soltó un gemido de placer. Volteé mi mirada y pude ver a los gemelos en un enorme abrazo, en medio de ellos estaba Ulises, un hombre gordo, no obeso como yo. Su abrazo era excitante.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.02

El plan


Por fin estábamos los diez hombres reunidos en casa de Mauricio, nos preparó bebidas gaseosas y bocadillos grasosos y sabrosos. No cabíamos todos ahí reunidos, así que decidimos salir al patio para estar más cómodos. El jardín era muy amplio y repleto de pasto con flores a las orillas y unos cuantos árboles. Pero lo que me llamó la atención fue lo que había en el centro, una enorme piscina llena de agua muy limpia, tal vez Mauricio la preparó para la ocasión.
                Convivíamos todos alegres, Mauricio, Ulises, José, Leonardo, Miguel, Omar, Ricardo, Rodrigo, Luis y yo, sin mencionar la palabra sexo, la temperatura empezó a subir, el termómetro marcaba casi 30°. Me quité la chaqueta para refrescarme un poco. Las bebidas se terminaban y Mauricio entraba a su casa por más y más, pronto los diez hombres estábamos mareados y muy felices.

lunes, 11 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.01

Los Primeros


Estábamos llegando a casa de Mauricio, en mi auto íbamos Luis, Omar, los gemelos y yo. Habíamos pasado a casa de los gemelos por la mañana, mientras Omar se preparaba para la cita de hoy.
                -Será una cosa de locos, algo espectacular –les decía Luis después de que yo les contara nuestros planes para hoy.
                -Si ustedes aceptan ir, seremos simplemente diez gordos –les decía mientras tomaba una manzana de mi frutero favorito-. Imaginen la cantidad de semen que podemos obtener luego de exprimir a todos esos hombres –dije, le di una gran mordida a la manzana.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.33

Planeando la diversión


El viernes por la mañana, llegaron más cartas del Sr. M., no habíamos cumplido con un trabajo y ahora todo se nos estaba juntando. En total ya eran cinco solicitudes de asesinatos. Luis me planteo que nos dividiésemos el trabajo, pero yo tuve una mejor idea.
                Utilizando mi iPhone busqué el perfil de nuestras cinco víctimas en Facebook, los encontré a todos, los cinco eran gordos, no tanto como yo, pero en sus fotos se veían muy sexys. Les envié solicitud de amistad a cada uno de ellos, mandándoles el siguiente mensaje:
Gordos buscan diversión en grupo. Dos superchubs buscando sexo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.32

Engordando


La comida estaba sobre la mesa, formaba una enorme montaña. Luis y Omar habían preparado mucha comida, tanta como para una semana. Me sentaron en mi silla favorita reforzada en las patas para aguantar mi peso. La comida olía delicioso, había demasiadas cosas dulces, unas cuantas hamburguesas, pizzas, pasteles, muchas galletas, chocolates, en los costados había varias jarras llenas con malteada de chocolate y vainilla.
                Omar se empezó a quitar la ropa, Luis lo imitaba, los dos estaban desnudos cuando se acercaron a mí. Tomaron la comida con sus manos le dieron mordiscos y me la metieron a la boca, esta vez con más cuidado y despacio.

martes, 3 de septiembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.31

En trio siempre es placentero


Omar se estaba bañando, era sábado por la mañana así que hoy no iría a la universidad, se quedaría todo el día en casa. Mi gordito aún seguía en cama, acostando viendo la tele, anoche la habíamos pasado increíble. Mientras preparaba el desayuno, escuchaba las noticias que transmitían por televisión.
                Omar salió del baño, estaba completamente desnudo, solo una toalla le cubría de la cintura para abajo. Entro a la cocina para ver lo que estaba preparando, tomo un pan y le introdujo el huevo revuelto recién hecho. Al pasar junto a mí me dio una nalgada, se alejó diciendo:
                -Tu culo es hermoso, biscocho.

sábado, 31 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.30

Trabajando solo


Por la mañana llego un sobre con mi nombre, al abrirlo encontré el nombre de una nueva víctima. Junto con la tarjeta de datos y el monto de dinero, había una pequeña nota del jefe, en la cual me pedía que realizara solo este trabajo.
                Para la noche, ya estaba lista mi cita con Bruno, un gordito de unos 120 kg, me encantó al ver sus fotos y videos en su perfil de Xtube. Faltaba poco menos de una hora para nuestro encuentro, estaba conduciendo mi auto con mi vientre estorbándome al dar vuelta al volante. Llegué a casa de Bruno, le mandé un texto desde mi iPhone, en solo pocos minutos salió de su casa y entro en mi auto.

viernes, 30 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.29

La fiesta en la piscina


Ya amanecía, para hoy no había ningún trabajo que cumplir. Los gemelos regresaban hoy, habíamos planeado una gran fiesta con ellos y Omar para disfrutar de sexo en el agua. Omar tenía una casa don piscina, así que solo esperamos la llegada de Roy y Ric para irnos a nadar.
                Los gemelos llegaron apenas dieron las 11:00 de la mañana, subimos a nuestros autos y condujimos por solo media hora para llegar a casa de Omar, ese día estaría bacía debido a que sus padres disfrutarían de un viaje celebrando el aniversario de su matrimonio. Bajamos de los autos, al entrar a casa de Omar ya estábamos quitándonos la ropa, hacía un calor tremendo y mi grasa acumulada hacia que el calor se sintiera mucho más.
                Dejamos nuestro camino de ropa, todos llevábamos el bañador debajo de nuestros pantalones, llegamos de inmediato al agua dejando caer nuestro peso hasta tocar el suelo resbaladizo de la piscina. Dentro del agua los cinco hombres estamos refrescados, nuestros grandes volúmenes desplazaron el agua considerablemente.
                El sexo empezó con los gemelos besándose, Omar los acariciaba entre las piernas, mi bañador desapareció y solo me quedé con una tanga azul que solo me cubría la verga, Luis se quitó toda la ropa y su pene tuvo una erección, lo bese y mi mano lo masturbo.
                Paso poco tiempo hasta que los 5 estuviésemos desnudos completamente, Omar había ido por unos bocadillos que habíamos ordenado por teléfono, los puso en platos y los dejo flotar en el agua. Tome un plato y devoré las tres hamburguesas que en él venían, Luis tomó otro plato con papas fritas y me alimentaba mientras Omar lo masturbaba, salí del agua, me senté en el borde con mis pies mojándose. Omar no dejo de masturbar a mi gordo y metió en su boca mi verga que ya se estaba poniendo dura, Luis me seguía alimentando mientras los gemelos e besaban y alimentaban mutuamente.
                Comer y ver besarse a los gemelos me excitaba mucho, mi orgasmo me llegó de inmediato, Omar se apartó para dejar que mi semen siguiera su curso, los chorros fueron potentes y explosivos, cayendo al agua y quedándose flotando en la superficie. Los gemelos aplaudieron mis disparos y se acercaron a mí con un plato cada uno, de metieron de nuevo al agua y entre los cuatro me alimentaban sin esperar a que pudiese tragar, los retos de comida se me caían de la boca ensuciando el agua.
                Los cuatro hombres se estaban excitando, la comida entraba en mi boca en grandes cantidades, no podía tragar. Cuando intente respirar me atragante con un bocado, los gordos me sacaron con dificultad y me acostaron en una silla de playa. No podía respirar y estaba perdiendo la conciencia, sentí como sacaban toda la comida que tenía en la boca y a alguien presionándome el pecho, fue solo un pequeño susto, la carne libero mi garganta y pude respirar nuevamente.
                Todos estábamos eufóricos, pero yo agarré el pene de Omar y comencé a masturbarlo, eso levanto el ánimo de todos y se empezaron a excitar y sus vergas a ponerse duras. Estaban los cuatro parados a mis costados, mi verga se hincho de nuevo, cada uno nos masturbábamos de nuevo, los penes apuntaban a un solo punto, a mí y eso me excitaba aún más. Eso significaba que me bañaría en semen.
                Los orgasmos llegaron con el de Omar, su semen me mojo mi vientre con largos pero escasos chorros blancos. El siguiente en disparar fui yo, de nuevo mi semen salió expulsado con fuerza y en grandes cantidades, ahora me moje mi vientre, mis pechos y mi cara, el poco semen que quedó alrededor de mis labios lo lamí con gusto. Los gemelos fueron los siguientes en eyacular, ellos estaban a la altura de mi cabeza, como siempre los dos dispararon al mismo tiempo abrí mi boca, cerré mis ojos y espere a que su semen me mojaran la cara y entrara en mi boca.
                Los gemelos se apartaron, Luis se subió a la silla y me introdujo su verga en la boca, se movía adelante y atrás metiendo y sacando su pene duro y excitado. Sus gritos empezaron, y su pubis y su gran vientre me golpeaban la cara batiéndome con el semen de los otros tres hombres. Su orgasmo llegó con gritos de placer increíbles y complacientes, su eyaculación fue masiva, tal vez un poco más que las mías, su semen entro en mi boca pasando a mi garganta directamente, la cantidad de esperma fue tan grande que casi me ahogaba de nuevo.
                El sexo acabó, la comida se terminó u nosotros seguíamos dentro del agua un poco sucia por el semen y la comida. Estábamos tranquilos disfrutando del agua, y Luis dijo:
                -Biscocho, sí. ¡BISCOCHO! Así es como te llamare de ahora en adelante mi Guillermo.
                -¿Biscocho? –dije-. Es perfecto, me encanta.

                Luis se acercó a mí, me beso y los otros tres hombres se nos unieron en un abraso de osos que me resulto excitante causándome otra erección.

jueves, 29 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.28

De regreso al trabajo


El número que mostraba la báscula electrónica, que teníamos en el baño, era 224.5 kg. Mi peso había cambiado considerablemente, mi barriga ahora colgaba más que hace unos años y me movía un poco más lento. Ya había pasado más de un mes desde ese día en que caí sobre mi mano y mi muñeca se fracturó.
                Luis mantenía su peso, no había aumentado ni un poco. Omar seguía viviendo en nuestra casa, le rentábamos el cuarto de huéspedes, él estudiaba en la universidad que estaba a solo 4 cuadras de casa, y le propuse la idea que le encantó de inmediato.

lunes, 26 de agosto de 2013

Antes del asesino (parte 1)

Estar a solas jamás me ha gustado, estos días fuera del trabajo me han hecho pensar, ¿qué me llevo a este momento?
     Soy feliz con mi esposo y mis amigos, pero y si mi vida hubiera tomado otro cause, donde estaría, ¿y si no me gustaran los hombres? ¿Si no me causara placer el matar?
     Para responder a la primera pregunta, es necesario que recuerde la primera vez que sentí atracción por un hombre hice un pequeño esfuerzo y entonces lo recordé…
     No habían pasado más de 6 meses desde que mama había muerto, papa estaba inmensamente deprimido por lo que debía quedarme en casa de mi tía. Lo cual no era nada aburrido ya que mi primo Tomás a pesar de que me llevaba muchos años por delante (yo tenía a penas 13 años y el acababa de cumplir 18) siempre estaba dispuesto a pasar tiempo conmigo.
     Compartíamos cuarto y debido a ello pronto me di cuenta de mis preferencias. Un día salió de la ducha sin ropa alguna que cubriera su cuerpo, el me ignoro mientras se untaba crema y se perfumaba, yo no podía dejar de ver sus grandes piernas ni su enorme panza, en ese momento nada me importo y mire su cuerpo como si el más grande tesoro estuviera frente a mi, guarde cada detalle, sus anchos pies, esas piernas que ocultaban su pequeño y circuncidado pene, no tenía vello alguno en esta área, su gran panza tenía unas estrías rosas que me encantaban, y sus pezones eran perfectos, eran de esos pezones grandes y rosas que se iban desvaneciendo en su piel. 
     Al principio pensaba que se me iba a pasar, que era una etapa, que me gustaran los hombres ya era de por si una carga y encima me gustaba mi primo, me sentía una completa aberración. Y a pesar de que sentía culpa por desear a mi primo, jamás me perdía el show que desfilaba frente a mi cada que el salía de la ducha.
     Una tarde cualquiera el salía de bañar y yo ya estaba en el sillón de su cuarto disimulando leer, para así no perder detalles. Al salir de la ducha mi primo se paró frente a mi, y si mirada me inspiro miedo, no sabía que pensar me dijo: -¿qué te crees que siempre me observas de esa forma?- Pensaste que no me daría cuenta.
     Morí de vergüenza al escuchar sus palabras, quería desaparecer y antes de inventar cualquier excusa hablo de nuevo: -Si me ves así debe ser por algo, vamos agarrando confianza primo, si aún no sabes que quieres de la vida yo te puedo ayudar a aclarar tus dudas- y entonces levanto un poco su vientre y vi su pene (ya no tan pequeño como antes) tenía una erección, tomo mi cabeza y la dirigió a su entrepierna, mientras me decía que todo iba a estar bien, que el guardaría mi secreto y yo el suyo, que seríamos mejores amigos a partir de ese momento. 
     No paso mucho tiempo cuando sentí esa delicia en mi boca, que rico era el semen, pensé.
     Allí no termina la cosa, pasado el tiempo nos fuimos volviendo más unidos y un día Tomás me hizo una propuesta que me intrigo…


Este capítulo fue escrito por: arcadiojose
Su Tumblr


sábado, 24 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.27

Un gordito viene a casa


Ahora que no tenía trabajo que hacer, mi tiempo libre era demasiado. Era sábado a mediodía, Luis había salido muy temprano por la mañana debido a un viaje de trabajo durante cuatro días, y los gemelos parecían no estar en casa. Decidí entrar a mi perfil de BiggerCity, busque fotos nuevas de gordos, abrí algunos perfiles de los hombres que me parecieron atractivos, hasta que di con un perfil de un gordito que me encantó.
                En su perfil mostraba fotos de él desnudo, su cuerpo era hermoso era menos gordo que yo. Pero aun así me gusto. Su vientre colgaba levemente sobre su pubis, tal vez y con algo de suerte aún podría verse su pene; sus pechos eran pequeños pero gorditos como me gustan; sus brazos parecían musculosos cubiertos de grasa; sus piernas eran gruesas y hermosos, y su trasero estaba marcado justo por la mitad por el pantalón que no le cubría todo su culo.

martes, 20 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.26

El descanso forzado


El martes por la tarde estaba sentado en el sofá, viendo mi serie favorita en la televisión. Mi mano derecha estaba ocupada intentando llegar a mis testículos para rascar la comezón, mi mano izquierda estaba inmovilizada con un yeso blanco, pesado y grueso. Las radiografías habían indicado que me había fracturado el radio, justo en la parte que hacía articulación con la muñeca, solo fue una pequeña fractura, pero necesitaba reposo absoluto.

lunes, 19 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.25

Trabajo en equipo


El domingo por la mañana llego una nueva carta, dentro estaban los nombres de una pareja de hombres gay, también tenía un número de teléfono. De inmediato tomé mi iPhone y marque ese número, hable con Leonardo que aceptó con mucho gusto la propuesta que le hice para un encuentro de parejas gay son su dotación de sexo, mintiéndole que su número telefónico lo encontré en su perfil de Facebook.
                Ahora que realmente había entrado en la agencia de asesinos, me regalaron mi primera arma, una Glock con silenciador. Era hermosa, fría al tacto y preparada para matar. Luis también tenía la suya, era una MP-446 VIKING.

viernes, 16 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.24

El nuevo compañero


Llegué a la oficina de mi jefe, le explique todo sin muchos detalles, él asintió y me miró diciendo:
                -Felicidades Molina. Ha llegado la hora de conocer a tu compañero, el otro obeso gay de la corporación. Pero antes debes contestar una pregunta: ¿quieres seguir asesinado gente para esta empresa? Antes de responder recuerde que todos sus crímenes que ha cometido y que cometerá en un futuro, si es que desea continuar, están totalmente cubiertos por mis influencias y nunca lo acusaran de ninguno.
                -Señor, estoy muy orgulloso de pertenecer a esta corporación de asesinos, y sí señor, si deseo seguir participando en ella.
                -Pues bien, te presentaré a tu nuevo compañero, debes saber que a partir de ahora trabajaras con él y solo con él, siempre son él, deberán ponerse de acuerdo para llevar a cabo los asesinatos. –Se dirigió a su teléfono y por él le dijo a su secretaria-: Que pase el otro obeso.
                El hombre era realmente gordo, tan gordo como los gemelos. Su rostro estaba cubierto con una máscara. Se sentó en la silla que estaba a mí lado y le quitó lentamente la máscara. Debajo de ese pedazo de plástico se ocultaba una cara que conocía perfectamente, el otro obeso de la corporación era Luis.
                Nos miramos, sin decir nada, antes de que llegara a incomodar el silencio nos paramos con agilidad de gordos y nos besamos delante de nuestro jefe. Un molesto golpeteo de una pluma sobre el escritorio nos interrumpió.
                -Por favor, salgan de mi oficina y procuren no volver a mostrar su amor en mi presencia –nos corrió el Sr. M.
                Corrimos por el pasillo de salida del edificio, toda nuestra grasa saltaba con ritmo por nuestros pasos apresurados. Subimos a mi auto y fuimos directo a casa. Luis parecía estar excitado, yo no tanto, no quería tener sexo.
                Llegamos a casa, Luis había preparado un pastel de chocolate. Él se partió una tercera parte y me dio el resto para mí. Empezamos a comer junto con un licuado, parecía que realmente estaba excitado, en menos de cuatro minutos el plato de Luis estaba vacío. Yo no podía ni con la mitad de mi rebanada, Luis me quito el plato y se fue directo a la recámara.
                -Ven a buscar tu pastel, gordito –me gritó.
                Antes de subir, revisé mi correo electrónico, no había nada importante. Solo un mensaje llamó mi atención, lo leí, solo decía que el planeta estaba súper poblado y había que tomar consciencia en no procrear hijos solo por el placer de hacerlo, “Lo bueno es que yo contribuyo a no poblar la Tierra” pensé.
                Subí, al entrar a la habitación encontré a Luis acostado sobre la cama, desnudo y con la rebanada de pastel sobre su gelatinoso vientre. Me quité la ropa de inmediato, fui junto a Luis y comencé a morder el pastel, eso me excitaba y excitó también a Luis, yo continué comiendo mientras él se masturbaba. Al terminarme el pastel, lamí la barriga que se batió de chocolate, el chocolate llegó hasta su ombligo donde metí la lengua. El chocolate termino, Luis estaba húmedo por el presemen, me erguí y me masturbe, el orgasmo llegó de inmediato, estaba muy excitado y eso provocó que mi semen saliera expulsado rápidamente sobre el vientre de Luis, en el segundo disparo apunté al rostro de mi gordo mojándole las mejillas, el tercer disparo fue en sus pechos y así lo mojé por todas partes.
                Luis seguía jugando con su pene, me unté lubricante en mi ano y me senté en su pubis dándole la espalda, dejando que su verga entrara en mi ano. Él levanto el pliegue su vientre dejando más espacio para mi gordo trasero. Comencé dando saltitos, deteniéndome por momentos para recargar mi peso sobre su pubis y hacer que su verga me penetrara más.
                Seguimos así durante un buen rato, Luis me tomó con sus manos de los costados de mis nalgas haciendo que mis saltos fuesen más rápidos y con más fuerza. Su orgasmo me complació cuando lo indico con gritos de placer, su semen se depositó en mi recto.
                Me quedé sentado, con la verga de Luis en mi ano, estaba satisfecho, parecía que él también. Me sobaba los pliegues de grasa que tenía en mi espalda, me gustaban los masajes y ahí me quedé.

                Después de un largo rato, me levante, me acosté a lado de Luis y concluimos en sexo con besos sabor chocolate. 

jueves, 15 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.23

El trío


Después de la fiesta en el parque, hable con Hugo le confesé que yo era Guillermo su cita para ese día. Él me abrazo y me dijo que estaba hermoso, le respondí diciendo que él era sexy. Juntos salimos del parque y tomamos un taxi para ir directo a buscar a Héctor, la pareja de Hugo.
                Héctor nos esperaba afuera del edificio, el motel se veía un poco elegante. Entramos, pasamos de largo la recepción, fuimos directo a la habitación que nos esperaba con una cama grande con solo sabanas.

miércoles, 14 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.22

La fiesta en el parque


Llegué puntual a mi cita en el parque, estaba ocurriendo algo muy especial, en el parque se estaba celebrando una pequeña fiesta. La feria del parque, así la llamaban.
                Por todas partes corría gente, estaban felices, se les notaba en la cara. Caminé hasta la fuente en el centro del parque, preguntándome cómo demonios encontraría a Hugo entre esa multitud. Al llegar a la fuente pude ver en su interior muchas monedas, la gente las lanzaba ahí dentro pidiendo un deseo que nunca se les cumplía.
                Sentado en la banca miré por todos lados buscando hombres obesos, había muchos, demasiados, había tantos que no los podía contar. Seguía tratando de encontrar a Hugo, miré a la derecha y nada, luego a la izquierda y nada, ni siquiera cuando me giré para mirar a mis espaldas lo encontré.
                -¡Todo listo señores! –Hablaba un señor musculoso por el micrófono-. ¡Es hora de nuestra competencia de comida! Consiste simplemente en ver quien puede comer más salchichas largas.
                El señor musculoso señalo una mesa en el escenario, sobre ella había cientos de salchichas, eran realmente largas, tal vez midieran unos 20 cm de largo cada una. Levanto una con su mano, la mostró al público y le dio una gran mordida, cuando termino de tragar dijo:
                -Apúrense señores, que solo tendremos diez concursantes, apúntense con mi linda secretaria –señalo a un lado del escenario, ahí de pie se encontraba una señorita delgada y alta con una libretita y una pluma-. Y recuerden que quien coma más salchichas se llevará el premio de… mil dólares.
                El dinero no me importó mucho, yo corrí lo más rápido que mis gordas piernas me permitieron para llegar a la señorita secretaria. Cuando la alcance había una fila no muy larga, me forme al final y conté hasta síes personas delante de mí, eso significaba que si entraría al concurso. Mi turno llegó, le di mi nombre a la secretaria y ella me hizo subir al escenario. Una vez arriba a los diez concursantes nos ubicaron en una mesa larga, todos éramos hombres, nos sentaron y cada uno de nosotros tenía un plato y un vaso grande de agua.
                La primera ronda dio inicio, teníamos que comer 20 salchichas en tan solo 5 minutos, termine en segundo lugar, cuatro concursantes no pudieron ni comer 10, los otros seis concursantes seguimos en la segunda ronda. De nuevo comer 20 salchichas en 5 minutos, esta vez terminé en tercer lugar, después de mí terminaron otros dos hombres y cuando solo faltaban 10 segundos en el reloj a el último hombre le faltaba una salchicha, le dio un gran mordisco, luego otro y sin terminarse la salchicha fue descalificado.
                La tercera ronda fue realmente para los comelones, esta vez fueron 30 salchichas en 10 minutos, solo quedábamos 5 hombres, todos gordos y hambrientos. A los 8 minutos ya había terminado con mis 30 salchichas y aún seguía hambriento. Solo dos hombres se unieron a mí terminándose sus salchichas en el tiempo justo.
                Parecía ser la ronda final, delante de cada finalista pusieron 50 salchichas ahora era comer las mayor cantidad que pudiésemos y sin límite de tiempo. Si alguno de nosotros se terminaba sus 50 salchichas no se coronaria campeón, tenía que esperar para ver si otro concursante lo igualaba en comer la misma cantidad, eso se llamaba empate, para desempatar los concursantes deberían comer de una salchicha a la vez hasta, serian eliminados los que no comieran más salchichas y si un solo concursante comía una salchicha más, sería coronado campeón.
                En total yo ya había tragado 70 salchichas, igual que los otros dos competidores. Empezamos a comer, los otros dos eran gordos, el que estaba a mi derecha era más gordo que yo y el que estaba a mi izquierda era el menos gordo. Comimos 10 salchichas con dificultad, al llegar a la salchicha 84 el competidor con menos grasa en su cuerpo se rindió, dejándome con el competidor más gordo que había subido al escenario.
                Mire a mi rival, era realmente obeso, calcule su peso entre los 260 y 300 kg, su barriga formaba una enorme esfera mientras estaba sentado, mientras comía con lentitud la grasa de las salchichas escurría por sus lindos y regordetes cachetes que estaban cubiertos de una barba muy poblada. Lo seguía mirando, ahora lo contemplaba, no dejaba de comer y de repente los dos habíamos terminado nuestras 120 salchichas.
                Era algo increíble, yo me sentía hambriento, pero no se salchichas, me había excitado con mi contrincante y me lo quería coger. El último plato de salchichas apareció frente a nosotros, comimos una, dos, tres. Al verlo comer me excite mucho y sentí como, debajo de mi gigante vientre, mi pequeña verga se hinchaba.
                Sentía que no entraba nada más en mi boca, ya no podía seguir comiendo, después de mi salchicha 133 me rendí. Pero aún no había perdido, mi contrincante apenas estaba comiendo su salchicha 128, eso me dejaba con una ventaja de 5 salchichas. El otro hombre obeso seguía comiendo sus salchichas, de repente el empezó a comer la 133 la tragó con delicadeza y saboreándola, eso me excito y de mi pene salió expulsado una pequeña cantidad de líquido preseminal. Él gordo tomó una salchicha más, para ganarme tenía que tragarla toda, le dio una mordida, no podía creerlo, la mordió de nuevo dejando solo un pequeño pedazo, al verlo comer me excitaba. Por fin dio el último mordisco, masticó y tragó.
                -Felicidades –empezó diciendo el hombre musculoso de nuevo por el micrófono-, eres nuestro ganador, ahora amigo ya sabemos cómo obtener una panza de ese volumen –el público se rio con una carcajada que duro poco el chiste malo del musculoso-. Ahora amigo, aquí tienes tu cheque, vamos levántate por él –el hombre obeso se levantó con dificultad y fue a por su cheque-. Felicidades, ahora dinos cómo es que te llamas.
                -Mi nombre es Hugo.

                Durante todo el concurso me había olvidado de el por qué estaba ahí, me olvide por completo del hombre que tenía que buscar. Pero ya no importaba, el hombre que buscaba esta justo al lado de mí.

martes, 13 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.21

El tercer sobre       


El martes por la mañana me desperté al lado de Luis, él seguía durmiendo su barba poblada me gustaba muchísimo, se la acaricie y con eso despertó.
         Para ese día no tenía ningún plan, solo pensaba pasarla en casa descansando sin nada que hacer. Sin vestirme me fui al sofá para ver la tele, me acomode lo mejor que pude y metí un dedo en mi ombligo.