Engordando
La comida estaba sobre la mesa, formaba una enorme montaña.
Luis y Omar habían preparado mucha comida, tanta como para una semana. Me
sentaron en mi silla favorita reforzada en las patas para aguantar mi peso. La
comida olía delicioso, había demasiadas cosas dulces, unas cuantas
hamburguesas, pizzas, pasteles, muchas galletas, chocolates, en los costados había
varias jarras llenas con malteada de chocolate y vainilla.
Omar se
empezó a quitar la ropa, Luis lo imitaba, los dos estaban desnudos cuando se
acercaron a mí. Tomaron la comida con sus manos le dieron mordiscos y me la metieron
a la boca, esta vez con más cuidado y despacio.
Primero comí tres hamburguesas, Luis me alimento con pizza mientras Omar me ayudaba con malteada de chocolate. Luego llegó el turno de la pasta en espagueti, comí casi cinco platos sin detenerme, la montaña de comida apenas y disminuía.
Primero comí tres hamburguesas, Luis me alimento con pizza mientras Omar me ayudaba con malteada de chocolate. Luego llegó el turno de la pasta en espagueti, comí casi cinco platos sin detenerme, la montaña de comida apenas y disminuía.
Luis
estaba excitado, se manoseaba sus bolas tratando de golpearme el hombro con ellas. Me
desabrocharon los botones de la camisa, dejando mi vientre al descubierto.
Levante las manos, Omar jalo la camisa y me liberaron de ella. Me pise de pie, desabrochándome
el pantalón, lo deje caer y quité mis pies de él. Mi ropa interior era de color
azul, mi color favorito, fue bajando gracias a la ayuda de Omar, Luis se hincó
y se metió mi verga en su boca mientras Omar me alimentaba con otra
hamburguesa, esta vez era extra grande.
Estaba
realmente excitado, me corrí de inmediato llenándole de semen la boca de mi
gordito. Omar me beso el pezón sin dejar de meterme a la boca grandes bocados de
pizza, hamburguesas y salchichas. Luis se puso de pie, aun lamiéndose el semen
tomo las papas fritas, comió algunas y el resto las fue metiendo en mi boca de
a poco. Omar también comía grandes panes que se me antojaron, pero sin embargo
lo que introdujo en mi boca fueron galletas de chocolate. Deje caer mi enorme
culo desnudo sobre la silla, sin darme cuenta que Luis había puesto ahí uno de
sus dildos, deje que me penetrara placenteramente. Estaba de nuevo excitado.
La
montaña de comida se hacía cada vez más pequeña, Luis y Omar me ayudaba a
comer, alimentándome y comiendo ellos unos cuantos bocados. Omar se hincó a mi
lado y sobó mi enorme vientre. Su mano fue bajando poco a poco hasta
encontrarse con mi verga de nuevo dura y húmeda por la saliva de Luis. Me la
apretó con fuerza causando placer.
Luis me
alimentaba con pastel de chocolate ahora, era lo último que quedaba de la mesa.
Era un pastel grande, como para veinte personas, ya había comido una cuarta
parte cuando sentí un segundo orgasmo. Mi semen salió expulsado entre gritos de
placer y comida escupida de mi boca, el líquido blanco y viscoso cayó al suelo.
El
pastel ya iba por la mitad cuanto Omar se
masturbaba a mi lado, Luis me seguía metiendo cucharas llenas de
delicioso chocolate, entre cada bocado me sobaba la pansa y la levantaba hasta
dejaren descubierto mi verga flácida. El pastel fue desapareciendo poco a poco,
Omar estaba llegando al orgasmo, me miró y dijo:
-Abre
la boca, es hora de la leche.
Le
obedecí, el metió su verga dura y larga en mi boca llena de chocolate y restos
de comida, da mecía adelante y atrás, el sabor fue algo raro con el chocolate y
el presemen que ya expulsaba. De pronto una explosión dentro de mi boca ocurrió,
el semen entró directo a mi garganta y me ayudo un poco a pasar el alimento.
Los gritos de placer de Omar fueron geniales. Luis seguía jugando con mi vientre
y son su verga, se levantó y me puso el pastel sobre mis pechos, me recargue en
la silla dejando volando mi culo, el dildo salió un poco al liberarlo de la presión
de mi enorme cuerpo. El pene de Luis estaba erecto, Omar lo tomó con una mano y
se corrió enseguida, su semen fue a dar a mi vientre y al pastel que sobraba,
un poco cayo en mi barbilla cubierta de bellitos.
Ahora
el pastel estaba cubierto de leche blanquita y sabrosa, Omar se inclinó para
darle un mordisco llenándose los cachetes de chocolate y semen, Luis me dio el
resto del pastel con rapidez. Terminamos de comer y me metí a la ducha, el
dildo seguía en mi culo, lo saque una vez dentro de la regadera. Estaba
satisfecho, el placer había sido excelente, ya no tenía hambre, las calorías provocarían
que engordara más. Estaba feliz y tenía ganas de cagar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario