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sábado, 31 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.30

Trabajando solo


Por la mañana llego un sobre con mi nombre, al abrirlo encontré el nombre de una nueva víctima. Junto con la tarjeta de datos y el monto de dinero, había una pequeña nota del jefe, en la cual me pedía que realizara solo este trabajo.
                Para la noche, ya estaba lista mi cita con Bruno, un gordito de unos 120 kg, me encantó al ver sus fotos y videos en su perfil de Xtube. Faltaba poco menos de una hora para nuestro encuentro, estaba conduciendo mi auto con mi vientre estorbándome al dar vuelta al volante. Llegué a casa de Bruno, le mandé un texto desde mi iPhone, en solo pocos minutos salió de su casa y entro en mi auto.

viernes, 30 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.29

La fiesta en la piscina


Ya amanecía, para hoy no había ningún trabajo que cumplir. Los gemelos regresaban hoy, habíamos planeado una gran fiesta con ellos y Omar para disfrutar de sexo en el agua. Omar tenía una casa don piscina, así que solo esperamos la llegada de Roy y Ric para irnos a nadar.
                Los gemelos llegaron apenas dieron las 11:00 de la mañana, subimos a nuestros autos y condujimos por solo media hora para llegar a casa de Omar, ese día estaría bacía debido a que sus padres disfrutarían de un viaje celebrando el aniversario de su matrimonio. Bajamos de los autos, al entrar a casa de Omar ya estábamos quitándonos la ropa, hacía un calor tremendo y mi grasa acumulada hacia que el calor se sintiera mucho más.
                Dejamos nuestro camino de ropa, todos llevábamos el bañador debajo de nuestros pantalones, llegamos de inmediato al agua dejando caer nuestro peso hasta tocar el suelo resbaladizo de la piscina. Dentro del agua los cinco hombres estamos refrescados, nuestros grandes volúmenes desplazaron el agua considerablemente.
                El sexo empezó con los gemelos besándose, Omar los acariciaba entre las piernas, mi bañador desapareció y solo me quedé con una tanga azul que solo me cubría la verga, Luis se quitó toda la ropa y su pene tuvo una erección, lo bese y mi mano lo masturbo.
                Paso poco tiempo hasta que los 5 estuviésemos desnudos completamente, Omar había ido por unos bocadillos que habíamos ordenado por teléfono, los puso en platos y los dejo flotar en el agua. Tome un plato y devoré las tres hamburguesas que en él venían, Luis tomó otro plato con papas fritas y me alimentaba mientras Omar lo masturbaba, salí del agua, me senté en el borde con mis pies mojándose. Omar no dejo de masturbar a mi gordo y metió en su boca mi verga que ya se estaba poniendo dura, Luis me seguía alimentando mientras los gemelos e besaban y alimentaban mutuamente.
                Comer y ver besarse a los gemelos me excitaba mucho, mi orgasmo me llegó de inmediato, Omar se apartó para dejar que mi semen siguiera su curso, los chorros fueron potentes y explosivos, cayendo al agua y quedándose flotando en la superficie. Los gemelos aplaudieron mis disparos y se acercaron a mí con un plato cada uno, de metieron de nuevo al agua y entre los cuatro me alimentaban sin esperar a que pudiese tragar, los retos de comida se me caían de la boca ensuciando el agua.
                Los cuatro hombres se estaban excitando, la comida entraba en mi boca en grandes cantidades, no podía tragar. Cuando intente respirar me atragante con un bocado, los gordos me sacaron con dificultad y me acostaron en una silla de playa. No podía respirar y estaba perdiendo la conciencia, sentí como sacaban toda la comida que tenía en la boca y a alguien presionándome el pecho, fue solo un pequeño susto, la carne libero mi garganta y pude respirar nuevamente.
                Todos estábamos eufóricos, pero yo agarré el pene de Omar y comencé a masturbarlo, eso levanto el ánimo de todos y se empezaron a excitar y sus vergas a ponerse duras. Estaban los cuatro parados a mis costados, mi verga se hincho de nuevo, cada uno nos masturbábamos de nuevo, los penes apuntaban a un solo punto, a mí y eso me excitaba aún más. Eso significaba que me bañaría en semen.
                Los orgasmos llegaron con el de Omar, su semen me mojo mi vientre con largos pero escasos chorros blancos. El siguiente en disparar fui yo, de nuevo mi semen salió expulsado con fuerza y en grandes cantidades, ahora me moje mi vientre, mis pechos y mi cara, el poco semen que quedó alrededor de mis labios lo lamí con gusto. Los gemelos fueron los siguientes en eyacular, ellos estaban a la altura de mi cabeza, como siempre los dos dispararon al mismo tiempo abrí mi boca, cerré mis ojos y espere a que su semen me mojaran la cara y entrara en mi boca.
                Los gemelos se apartaron, Luis se subió a la silla y me introdujo su verga en la boca, se movía adelante y atrás metiendo y sacando su pene duro y excitado. Sus gritos empezaron, y su pubis y su gran vientre me golpeaban la cara batiéndome con el semen de los otros tres hombres. Su orgasmo llegó con gritos de placer increíbles y complacientes, su eyaculación fue masiva, tal vez un poco más que las mías, su semen entro en mi boca pasando a mi garganta directamente, la cantidad de esperma fue tan grande que casi me ahogaba de nuevo.
                El sexo acabó, la comida se terminó u nosotros seguíamos dentro del agua un poco sucia por el semen y la comida. Estábamos tranquilos disfrutando del agua, y Luis dijo:
                -Biscocho, sí. ¡BISCOCHO! Así es como te llamare de ahora en adelante mi Guillermo.
                -¿Biscocho? –dije-. Es perfecto, me encanta.

                Luis se acercó a mí, me beso y los otros tres hombres se nos unieron en un abraso de osos que me resulto excitante causándome otra erección.

jueves, 29 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.28

De regreso al trabajo


El número que mostraba la báscula electrónica, que teníamos en el baño, era 224.5 kg. Mi peso había cambiado considerablemente, mi barriga ahora colgaba más que hace unos años y me movía un poco más lento. Ya había pasado más de un mes desde ese día en que caí sobre mi mano y mi muñeca se fracturó.
                Luis mantenía su peso, no había aumentado ni un poco. Omar seguía viviendo en nuestra casa, le rentábamos el cuarto de huéspedes, él estudiaba en la universidad que estaba a solo 4 cuadras de casa, y le propuse la idea que le encantó de inmediato.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Publicación especial 4 (Cosas sobre mí)

Como les prometí, en esta publicación hablaré sobre mí. Esperaba más comentarios pero en fin, aquí mis datos y curiosidades.

martes, 27 de agosto de 2013

Publicación especial 3 (Preguntas)

En esta publicación, no escribiré nada relacionado con gordos.
Esta publicación es para hacerte una pregunta a ti, mi lector, el la publicación de mañana escribiré sobre mí. Entonces, quiero que tú en los comentarios me dejes preguntas. Si, preguntas de lo que quieras saber de mí, y en la publicación de mañana las contestaré. 

Por favor, deja tu pregunta en los comentarios, cualquier cosa que quieras saber de mí te la contestaré. 

No importa si tu pregunta no esta escrita en Español, trataré de contestarlas todas.

lunes, 26 de agosto de 2013

Antes del asesino (parte 1)

Estar a solas jamás me ha gustado, estos días fuera del trabajo me han hecho pensar, ¿qué me llevo a este momento?
     Soy feliz con mi esposo y mis amigos, pero y si mi vida hubiera tomado otro cause, donde estaría, ¿y si no me gustaran los hombres? ¿Si no me causara placer el matar?
     Para responder a la primera pregunta, es necesario que recuerde la primera vez que sentí atracción por un hombre hice un pequeño esfuerzo y entonces lo recordé…
     No habían pasado más de 6 meses desde que mama había muerto, papa estaba inmensamente deprimido por lo que debía quedarme en casa de mi tía. Lo cual no era nada aburrido ya que mi primo Tomás a pesar de que me llevaba muchos años por delante (yo tenía a penas 13 años y el acababa de cumplir 18) siempre estaba dispuesto a pasar tiempo conmigo.
     Compartíamos cuarto y debido a ello pronto me di cuenta de mis preferencias. Un día salió de la ducha sin ropa alguna que cubriera su cuerpo, el me ignoro mientras se untaba crema y se perfumaba, yo no podía dejar de ver sus grandes piernas ni su enorme panza, en ese momento nada me importo y mire su cuerpo como si el más grande tesoro estuviera frente a mi, guarde cada detalle, sus anchos pies, esas piernas que ocultaban su pequeño y circuncidado pene, no tenía vello alguno en esta área, su gran panza tenía unas estrías rosas que me encantaban, y sus pezones eran perfectos, eran de esos pezones grandes y rosas que se iban desvaneciendo en su piel. 
     Al principio pensaba que se me iba a pasar, que era una etapa, que me gustaran los hombres ya era de por si una carga y encima me gustaba mi primo, me sentía una completa aberración. Y a pesar de que sentía culpa por desear a mi primo, jamás me perdía el show que desfilaba frente a mi cada que el salía de la ducha.
     Una tarde cualquiera el salía de bañar y yo ya estaba en el sillón de su cuarto disimulando leer, para así no perder detalles. Al salir de la ducha mi primo se paró frente a mi, y si mirada me inspiro miedo, no sabía que pensar me dijo: -¿qué te crees que siempre me observas de esa forma?- Pensaste que no me daría cuenta.
     Morí de vergüenza al escuchar sus palabras, quería desaparecer y antes de inventar cualquier excusa hablo de nuevo: -Si me ves así debe ser por algo, vamos agarrando confianza primo, si aún no sabes que quieres de la vida yo te puedo ayudar a aclarar tus dudas- y entonces levanto un poco su vientre y vi su pene (ya no tan pequeño como antes) tenía una erección, tomo mi cabeza y la dirigió a su entrepierna, mientras me decía que todo iba a estar bien, que el guardaría mi secreto y yo el suyo, que seríamos mejores amigos a partir de ese momento. 
     No paso mucho tiempo cuando sentí esa delicia en mi boca, que rico era el semen, pensé.
     Allí no termina la cosa, pasado el tiempo nos fuimos volviendo más unidos y un día Tomás me hizo una propuesta que me intrigo…


Este capítulo fue escrito por: arcadiojose
Su Tumblr


sábado, 24 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.27

Un gordito viene a casa


Ahora que no tenía trabajo que hacer, mi tiempo libre era demasiado. Era sábado a mediodía, Luis había salido muy temprano por la mañana debido a un viaje de trabajo durante cuatro días, y los gemelos parecían no estar en casa. Decidí entrar a mi perfil de BiggerCity, busque fotos nuevas de gordos, abrí algunos perfiles de los hombres que me parecieron atractivos, hasta que di con un perfil de un gordito que me encantó.
                En su perfil mostraba fotos de él desnudo, su cuerpo era hermoso era menos gordo que yo. Pero aun así me gusto. Su vientre colgaba levemente sobre su pubis, tal vez y con algo de suerte aún podría verse su pene; sus pechos eran pequeños pero gorditos como me gustan; sus brazos parecían musculosos cubiertos de grasa; sus piernas eran gruesas y hermosos, y su trasero estaba marcado justo por la mitad por el pantalón que no le cubría todo su culo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Publicación especial 1 (Vídeos)

Perdón, pero el día de hoy no podre escribir un nuevo capítulo de El Gran Asesino, pero si les dejo un vídeo en el que mi inspire para el escroto de Guillermo.

martes, 20 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.26

El descanso forzado


El martes por la tarde estaba sentado en el sofá, viendo mi serie favorita en la televisión. Mi mano derecha estaba ocupada intentando llegar a mis testículos para rascar la comezón, mi mano izquierda estaba inmovilizada con un yeso blanco, pesado y grueso. Las radiografías habían indicado que me había fracturado el radio, justo en la parte que hacía articulación con la muñeca, solo fue una pequeña fractura, pero necesitaba reposo absoluto.

lunes, 19 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.25

Trabajo en equipo


El domingo por la mañana llego una nueva carta, dentro estaban los nombres de una pareja de hombres gay, también tenía un número de teléfono. De inmediato tomé mi iPhone y marque ese número, hable con Leonardo que aceptó con mucho gusto la propuesta que le hice para un encuentro de parejas gay son su dotación de sexo, mintiéndole que su número telefónico lo encontré en su perfil de Facebook.
                Ahora que realmente había entrado en la agencia de asesinos, me regalaron mi primera arma, una Glock con silenciador. Era hermosa, fría al tacto y preparada para matar. Luis también tenía la suya, era una MP-446 VIKING.

viernes, 16 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.24

El nuevo compañero


Llegué a la oficina de mi jefe, le explique todo sin muchos detalles, él asintió y me miró diciendo:
                -Felicidades Molina. Ha llegado la hora de conocer a tu compañero, el otro obeso gay de la corporación. Pero antes debes contestar una pregunta: ¿quieres seguir asesinado gente para esta empresa? Antes de responder recuerde que todos sus crímenes que ha cometido y que cometerá en un futuro, si es que desea continuar, están totalmente cubiertos por mis influencias y nunca lo acusaran de ninguno.
                -Señor, estoy muy orgulloso de pertenecer a esta corporación de asesinos, y sí señor, si deseo seguir participando en ella.
                -Pues bien, te presentaré a tu nuevo compañero, debes saber que a partir de ahora trabajaras con él y solo con él, siempre son él, deberán ponerse de acuerdo para llevar a cabo los asesinatos. –Se dirigió a su teléfono y por él le dijo a su secretaria-: Que pase el otro obeso.
                El hombre era realmente gordo, tan gordo como los gemelos. Su rostro estaba cubierto con una máscara. Se sentó en la silla que estaba a mí lado y le quitó lentamente la máscara. Debajo de ese pedazo de plástico se ocultaba una cara que conocía perfectamente, el otro obeso de la corporación era Luis.
                Nos miramos, sin decir nada, antes de que llegara a incomodar el silencio nos paramos con agilidad de gordos y nos besamos delante de nuestro jefe. Un molesto golpeteo de una pluma sobre el escritorio nos interrumpió.
                -Por favor, salgan de mi oficina y procuren no volver a mostrar su amor en mi presencia –nos corrió el Sr. M.
                Corrimos por el pasillo de salida del edificio, toda nuestra grasa saltaba con ritmo por nuestros pasos apresurados. Subimos a mi auto y fuimos directo a casa. Luis parecía estar excitado, yo no tanto, no quería tener sexo.
                Llegamos a casa, Luis había preparado un pastel de chocolate. Él se partió una tercera parte y me dio el resto para mí. Empezamos a comer junto con un licuado, parecía que realmente estaba excitado, en menos de cuatro minutos el plato de Luis estaba vacío. Yo no podía ni con la mitad de mi rebanada, Luis me quito el plato y se fue directo a la recámara.
                -Ven a buscar tu pastel, gordito –me gritó.
                Antes de subir, revisé mi correo electrónico, no había nada importante. Solo un mensaje llamó mi atención, lo leí, solo decía que el planeta estaba súper poblado y había que tomar consciencia en no procrear hijos solo por el placer de hacerlo, “Lo bueno es que yo contribuyo a no poblar la Tierra” pensé.
                Subí, al entrar a la habitación encontré a Luis acostado sobre la cama, desnudo y con la rebanada de pastel sobre su gelatinoso vientre. Me quité la ropa de inmediato, fui junto a Luis y comencé a morder el pastel, eso me excitaba y excitó también a Luis, yo continué comiendo mientras él se masturbaba. Al terminarme el pastel, lamí la barriga que se batió de chocolate, el chocolate llegó hasta su ombligo donde metí la lengua. El chocolate termino, Luis estaba húmedo por el presemen, me erguí y me masturbe, el orgasmo llegó de inmediato, estaba muy excitado y eso provocó que mi semen saliera expulsado rápidamente sobre el vientre de Luis, en el segundo disparo apunté al rostro de mi gordo mojándole las mejillas, el tercer disparo fue en sus pechos y así lo mojé por todas partes.
                Luis seguía jugando con su pene, me unté lubricante en mi ano y me senté en su pubis dándole la espalda, dejando que su verga entrara en mi ano. Él levanto el pliegue su vientre dejando más espacio para mi gordo trasero. Comencé dando saltitos, deteniéndome por momentos para recargar mi peso sobre su pubis y hacer que su verga me penetrara más.
                Seguimos así durante un buen rato, Luis me tomó con sus manos de los costados de mis nalgas haciendo que mis saltos fuesen más rápidos y con más fuerza. Su orgasmo me complació cuando lo indico con gritos de placer, su semen se depositó en mi recto.
                Me quedé sentado, con la verga de Luis en mi ano, estaba satisfecho, parecía que él también. Me sobaba los pliegues de grasa que tenía en mi espalda, me gustaban los masajes y ahí me quedé.

                Después de un largo rato, me levante, me acosté a lado de Luis y concluimos en sexo con besos sabor chocolate. 

jueves, 15 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.23

El trío


Después de la fiesta en el parque, hable con Hugo le confesé que yo era Guillermo su cita para ese día. Él me abrazo y me dijo que estaba hermoso, le respondí diciendo que él era sexy. Juntos salimos del parque y tomamos un taxi para ir directo a buscar a Héctor, la pareja de Hugo.
                Héctor nos esperaba afuera del edificio, el motel se veía un poco elegante. Entramos, pasamos de largo la recepción, fuimos directo a la habitación que nos esperaba con una cama grande con solo sabanas.

miércoles, 14 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.22

La fiesta en el parque


Llegué puntual a mi cita en el parque, estaba ocurriendo algo muy especial, en el parque se estaba celebrando una pequeña fiesta. La feria del parque, así la llamaban.
                Por todas partes corría gente, estaban felices, se les notaba en la cara. Caminé hasta la fuente en el centro del parque, preguntándome cómo demonios encontraría a Hugo entre esa multitud. Al llegar a la fuente pude ver en su interior muchas monedas, la gente las lanzaba ahí dentro pidiendo un deseo que nunca se les cumplía.
                Sentado en la banca miré por todos lados buscando hombres obesos, había muchos, demasiados, había tantos que no los podía contar. Seguía tratando de encontrar a Hugo, miré a la derecha y nada, luego a la izquierda y nada, ni siquiera cuando me giré para mirar a mis espaldas lo encontré.
                -¡Todo listo señores! –Hablaba un señor musculoso por el micrófono-. ¡Es hora de nuestra competencia de comida! Consiste simplemente en ver quien puede comer más salchichas largas.
                El señor musculoso señalo una mesa en el escenario, sobre ella había cientos de salchichas, eran realmente largas, tal vez midieran unos 20 cm de largo cada una. Levanto una con su mano, la mostró al público y le dio una gran mordida, cuando termino de tragar dijo:
                -Apúrense señores, que solo tendremos diez concursantes, apúntense con mi linda secretaria –señalo a un lado del escenario, ahí de pie se encontraba una señorita delgada y alta con una libretita y una pluma-. Y recuerden que quien coma más salchichas se llevará el premio de… mil dólares.
                El dinero no me importó mucho, yo corrí lo más rápido que mis gordas piernas me permitieron para llegar a la señorita secretaria. Cuando la alcance había una fila no muy larga, me forme al final y conté hasta síes personas delante de mí, eso significaba que si entraría al concurso. Mi turno llegó, le di mi nombre a la secretaria y ella me hizo subir al escenario. Una vez arriba a los diez concursantes nos ubicaron en una mesa larga, todos éramos hombres, nos sentaron y cada uno de nosotros tenía un plato y un vaso grande de agua.
                La primera ronda dio inicio, teníamos que comer 20 salchichas en tan solo 5 minutos, termine en segundo lugar, cuatro concursantes no pudieron ni comer 10, los otros seis concursantes seguimos en la segunda ronda. De nuevo comer 20 salchichas en 5 minutos, esta vez terminé en tercer lugar, después de mí terminaron otros dos hombres y cuando solo faltaban 10 segundos en el reloj a el último hombre le faltaba una salchicha, le dio un gran mordisco, luego otro y sin terminarse la salchicha fue descalificado.
                La tercera ronda fue realmente para los comelones, esta vez fueron 30 salchichas en 10 minutos, solo quedábamos 5 hombres, todos gordos y hambrientos. A los 8 minutos ya había terminado con mis 30 salchichas y aún seguía hambriento. Solo dos hombres se unieron a mí terminándose sus salchichas en el tiempo justo.
                Parecía ser la ronda final, delante de cada finalista pusieron 50 salchichas ahora era comer las mayor cantidad que pudiésemos y sin límite de tiempo. Si alguno de nosotros se terminaba sus 50 salchichas no se coronaria campeón, tenía que esperar para ver si otro concursante lo igualaba en comer la misma cantidad, eso se llamaba empate, para desempatar los concursantes deberían comer de una salchicha a la vez hasta, serian eliminados los que no comieran más salchichas y si un solo concursante comía una salchicha más, sería coronado campeón.
                En total yo ya había tragado 70 salchichas, igual que los otros dos competidores. Empezamos a comer, los otros dos eran gordos, el que estaba a mi derecha era más gordo que yo y el que estaba a mi izquierda era el menos gordo. Comimos 10 salchichas con dificultad, al llegar a la salchicha 84 el competidor con menos grasa en su cuerpo se rindió, dejándome con el competidor más gordo que había subido al escenario.
                Mire a mi rival, era realmente obeso, calcule su peso entre los 260 y 300 kg, su barriga formaba una enorme esfera mientras estaba sentado, mientras comía con lentitud la grasa de las salchichas escurría por sus lindos y regordetes cachetes que estaban cubiertos de una barba muy poblada. Lo seguía mirando, ahora lo contemplaba, no dejaba de comer y de repente los dos habíamos terminado nuestras 120 salchichas.
                Era algo increíble, yo me sentía hambriento, pero no se salchichas, me había excitado con mi contrincante y me lo quería coger. El último plato de salchichas apareció frente a nosotros, comimos una, dos, tres. Al verlo comer me excite mucho y sentí como, debajo de mi gigante vientre, mi pequeña verga se hinchaba.
                Sentía que no entraba nada más en mi boca, ya no podía seguir comiendo, después de mi salchicha 133 me rendí. Pero aún no había perdido, mi contrincante apenas estaba comiendo su salchicha 128, eso me dejaba con una ventaja de 5 salchichas. El otro hombre obeso seguía comiendo sus salchichas, de repente el empezó a comer la 133 la tragó con delicadeza y saboreándola, eso me excito y de mi pene salió expulsado una pequeña cantidad de líquido preseminal. Él gordo tomó una salchicha más, para ganarme tenía que tragarla toda, le dio una mordida, no podía creerlo, la mordió de nuevo dejando solo un pequeño pedazo, al verlo comer me excitaba. Por fin dio el último mordisco, masticó y tragó.
                -Felicidades –empezó diciendo el hombre musculoso de nuevo por el micrófono-, eres nuestro ganador, ahora amigo ya sabemos cómo obtener una panza de ese volumen –el público se rio con una carcajada que duro poco el chiste malo del musculoso-. Ahora amigo, aquí tienes tu cheque, vamos levántate por él –el hombre obeso se levantó con dificultad y fue a por su cheque-. Felicidades, ahora dinos cómo es que te llamas.
                -Mi nombre es Hugo.

                Durante todo el concurso me había olvidado de el por qué estaba ahí, me olvide por completo del hombre que tenía que buscar. Pero ya no importaba, el hombre que buscaba esta justo al lado de mí.

martes, 13 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.21

El tercer sobre       


El martes por la mañana me desperté al lado de Luis, él seguía durmiendo su barba poblada me gustaba muchísimo, se la acaricie y con eso despertó.
         Para ese día no tenía ningún plan, solo pensaba pasarla en casa descansando sin nada que hacer. Sin vestirme me fui al sofá para ver la tele, me acomode lo mejor que pude y metí un dedo en mi ombligo.

lunes, 12 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.20

El culo asesino 



Llegamos a casa de Carlos, bajamos del taxi y entramos a su casa casi corriendo. Dentro de su casa nos quitamos la ropa de inmediato, él me llevo a su cama y la diversión dio inicio.
         Carlos se acostó sobre su cama recargando los pies en su cabecera, me miró y me dijo:
         -Quiero esa verga en mi boca.
         Traía siempre conmigo un anillo para mi pene, era de plástico muy suave y elástico, tomé el anillo, lo estiré por los bordes y dentro de él metí mi verga estando flácida y caída junto con mis testículos. Cuando estuve realmente excitado, mi verga se hincho, debido al anillo no pudo crecer como siempre; más bien se quedó chico y sus venas brotaron  llenas de sangre.
         Carlos me observaba desde la cama, masturbándose cada vez más rápido. Su cabeza estaba en el borde de la cama, me acerque a él y tomó mis bolas con su mano dándoles un riquísimo masaje, me excité más y mi verga me dolía un poco por no poder crecer como era natural. El masaje continuaba y mi verga encontró sus labios, Carlos la besó, la lamió y por último la introdujo en su boca mordiéndome con suavidad.
         Mi vientre se agitaba con ritmo mientras golpeaba la barbilla y el cuello de Carlos. Mis pechos habían crecido, su volumen realmente había aumentado increíblemente, cuando estaban sueltos colgaban por su gran peso. Tomé uno en cada mano y los aventé uno tras otro, una y otra vez. Los deje caer de nuevo, me excitaban, y entonces se me ocurrió. Tomé mi pecho izquierdo y lo subí lo más que pude, incliné un poco mi cabeza y mi pezón entro en mi boca; lo mamé excitándome más y más, gimiendo y emitiendo grititos por la mamada que me hacía Carlos.
         Me separé de Carlos, subí a la cama hincándome con mis piernas abiertas y entre ellas puse a Carlos, con mi verga justo sobre su boca. Mi pubis y mi vientre cubrían su cara casi asfixiándolo. Él metió de nuevo mi verga en su boca, yo me arqueé hacia atrás usando mis gordos brazos como grandes pilares para sostener mi enorme cuerpo. Ahora Carlos podía respirar con normalidad, si no fuese por mi verga dura en su boca, él introdujo sus manos en el pliegue que formaban mi vientre y mi pubis y levantó mi grasa agarrándola con fuerza.
         Carlos jugaba con mi barriga, sin dejar de mover su cabeza para mamarme con ricura mi verga. Me canse de la posición y me incorpore, de nuevo lo asfixiaba pero no me quite de su cabeza, más bien di pequeños saltitos para meter y sacar mi verga de su boca. De nuevo me arqueé para dejarlo respirar libremente. Él tomó con sus manos mis gordas piernas y las magullaba con pasión. Una de sus manos alcanzo mi pezón colgante, y lo pellizcó haciéndome gemir de un placer embriagante.
         El orgasmo estaba llegando, mi excitación era grande, la más grande que había experimentado. El placer aceleraba mi corazón fuertemente. Mis gritos empezaron a delatar mi placer, cada vez gritaba más fuerte. Ya estaba llegando, el orgasmo provocó un grito tan fuerte que me sorprendí. Mi semen salía sin parar de mi verga, estaba atragantando a Carlos, mi eyaculación fue masiva, el semen no cabía en la boca de Carlos y, sin sacar mi verga de su boca, salía a borbotones por sus labios. El orgasmo terminó, la boca de Carlos aún tenía semen y alrededor de sus cachetes corrían pequeñas tiras hasta caer sobre su cama.
         Me levanté solo para sentarme sobre su verga dura por la excitación y húmeda por el líquido preseminal. Entro en mi ano con facilidad asombrosa, comencé a dar saltitos de nuevo, provocando que su pene se desnudara una y otra vez. Carlos estaba muy excitado, su orgasmo llegó de inmediato, su semen entro en mí con delicioso placer. Sus gritos me complacieron, estaba satisfecho de sexo, pero parecía que él no. Me miró, tramando algo y dijo:
         -Quiero ese culote en mi boca, quiero mamarte el culo, quiero penetrarte con mi lengua.
         Me giré, sentándome sobre su pecho sin apretarlo, mi culo estaba sobre su boca y su lengua estaba buscando mí ano. Con sus dos manos separó mis nalgas y su boca pudo llegar hasta su semen. De nuevo estaba dando saltitos, soltando gemidos cada vez que su lengua tocaba mí ano. Él me tomó por mis piernas y me jaló hacia su boca haciendo que mi culo se tragara su cara.
         Repetimos esa acción una y otra vez, me estaba cansando, ya era mi oportunidad. Cuando Carlos tomó de nuevo mis piernas y llevó mi ano a su boca deje que mi peso cayera sobre él. Yo estaba excitado una vez más, después de un rato Carlos estaba luchando por respirar. Se movía bruscamente debajo de mi peso haciendo que su nariz llegara a la altura de mi próstata, el placer que me provocaba era genial.
         La nariz de Carlos seguía moviéndose debajo de mi próstata, mi pene se hinchó de nuevo, sin dejar de moverme, Carlos me estaba provocando otro orgasmo sobándome mi zona prostática. La eyaculación llegó seguida de gritos de placer, mi semen caía sobre el ahora inerte pecho de Carlos.

         Ahora si estaba complacido y satisfecho, había tenido dos orgasmos y uno sin que mi verga fuese tocada, Carlos estaba muerto y yo seguía sobre su cuerpo inerte. Me levante, dejando el cuerpo en la cama busque mi ropa, me senté sobre su sillón pensando en el sexo que acababa de tener. Sin quitarme el anillo, me vestí, me levante dejando una mancha del semen de Carlos en el sillón y me fui a casa.

domingo, 11 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.19

La cita


El encuentro con Carlos fue el día lunes, nos vimos por primera vez en un restaurante. Él estaba vestido de forma sencilla pero elegante, si pequeña pancita formaba una gran esfera mientras permaneciera sentado; sus pechos eran pequeños pero se veían apretables. 
Llegué a la mesa donde él estaba sentado, lo salude diciendo un hola amigable y me senté a su lado derecho. Ahora junto a él pude ver sus piernas, eran realmente inmensas muy gordas, casi como las mías; eran hermosas y me encantaron. Él me miro, tomo mi hombro y dijo:
-Eres realmente hermoso Guillermo. 

sábado, 10 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.18

La fiesta de dildos


Estaba acostado en la cama, mi iPad descansaba sobre mi enorme barriga. El sobre que estaba marcado con el número 2, dentro estaba el nombre de Carlos Merino, junto con un correo electrónico que busque en la app de Facebook en mi iPad. Luis aun no regresaba de compras, y yo encontré el perfil de Carlos en Facebook, su foto de perfil mostraba a un hombre gordo, pesaba alrededor de 120 kg, le envié una solicitud de amistad y le envié un mensaje en el que le proponía un encuentro sexual.

viernes, 9 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.17

El regreso al trabajo


Era ya viernes, el día de diversión con los amigos. Y yo, frente a la puerta de mi victima hice sonar el timbre de su casa. No tardo en salir, era un hombre gordo, solo un poco más que yo, su vientre colgaba como un mandil tocando sus muslos. Era inmenso, me excite al verlo, sus piernas eran dos grandes jamones tan gigantes que apenas podría abrazarlos. Pero había algo raro en él, en el lugar donde debería estar su pene, había una enorme bola, parecía como si tuviese un pene gigantesco como el resto de su cuerpo.
     -Por fin llegas Guillermo -me dijo saludándome-, estoy esperando por ti, es hora del sexo. Pasa por favor.

jueves, 8 de agosto de 2013

El gran Asesino: Capítulo 1.16

Los gemelos (Parte 2)



La película había terminado, los cuatro seguíamos sentados en los sofás desnudos, excitados y completamente húmedos por el líquido preseminal.

     Los gemelos se besaban apasionados, se manoseaban todo su cuerpo y de sus penes escurría el presemen. Me levante trabajosamente del sofá fui junto a los gemelos y les golpeé con cariño sus barrigotas, las cuales se movieron como dos gelatinas gigantes. Los lleve a la cama, los cuatro estábamos acostados formando un cuadro, yo le mamaba la verga a Ricardo, Ricardo se la chupaba a Luis, Luis saboreaba el pene de Rodrigo y Rodrigo me quitaba todo el presemen de mi verga.
     Los cuatro estábamos súper excitados, los gemelos se corrieron al mismo tiempo, sus gritos de placer me excitaron aun mas, y el semen de Ricardo lleno mi boca con fuertes disparos. Le seguí lamiendo la verga hasta eliminar cualquier rastro de semen. Mi excitación era deliciosa, escuche como Luis gritaba de placer y la boca de Ricardo se llenaba de un semen blanco y viscoso. El semen del pubis de Ricardo desapareció por completo, él ya había terminado de tragar el semen de mi papi. Rodrigo me la chupaba cada vez más rápido hasta que mi semen entro directo a su garganta provocando que se ahogara momentáneamente.

     Los cuatro nos quedamos ahí, cansados. Me incorpore manoseando los pechos de Rodrigo. Lo mire y le dije:
     -¿Por qué tienes sexo con tu hermano?¿Acaso sus padres no se molestan con eso?
     -Me gusta mi cuerpo -dijo Ricardo-, siempre me ha gustado. Al inicio creí que solo yo era gay. Todos los días mientras me bañaba, me gustaba tocarme todo mi cuerpo. 
     -Mi hermano y yo teníamos cuartos separados, aunque siempre hemos hecho todo juntos -continuo contando Rodrigo-. A mi me gusta dormir completamente desnudo, me gustan los gordos, mi hermano empezó a engordar a los 16 años, lo imité y los dos engordamos juntos.
     -Mi cuerpo me gustaba cada vez más, Rodrigo y yo engordábamos muy rápido -los gemelos parecían comunicados, continuaban con la historia como si solo fuesen una sola persona-. A los 18 años ya no pude verme mi verga, sabia que estaba ahí pero no la veía.
     -Todas las noches antes de dormir, me miraba al espejo totalmente desnudo y me masturbaba excitado por mi cuerpo. Mi hermano no sabía que yo soy gay, y yo no sabía que él también es gay. Seguimos engordando, a los 20 años, ya habíamos alcanzado los 200 kg. Mi hermano y yo ya no vivíamos con nuestros padres, conseguimos empleos como críticos de películas, fuimos al cine cada semana y gratis.
     -Un día compre un pase para una convención de chubbies, estaban súper baratos y compre dos, quería que Rodrigo me acompañara para ahí contarle la verdad.
     -Cuando me dio un pase creí que Ricardo me había descubierto. Me enseño el suyo sin decirme nada, no hablamos de eso y días después fuimos a la convención que duro una semana. Una vez ahí, busque a un gordito como yo para pasar la primer noche.
     -No entendía que estaba haciendo mi hermano, lo veía ahí besando a otros hombres y entonces lo comprendí. "Rodrigo y yo tenemos los mismos gustos" pensé. Fui junto a  él, y dijimos:
     -Soy gay hermano y me gustan los gordos como yo -los gemelos dijeron eso al mismo tiempo, haciendo más realista su relato.
     -Entonces le dije a Ricardo -continuo diciendo Rodrigo-: "hay que buscarnos una pareja para hacerlos nuestros novios.
     -La cuarta noche de la convención, ya teníamos pareja, nos reunimos los cuatro en el cuarto que nos dieron para Rodrigo y yo. Nos desvestimos todos, el sexo empezó y termino sin que yo o mi hermano lo disfrutáramos.
     -Nuestras nuevas parejas se fueron dejándonos desnudos y con el culo dolorido por nuestro primer sexo anal. Miré a Ricardo, me acerque a él y lo besé, nos besamos una y otra vez.
     -Sabíamos que eso era lo que queríamos desde un principio, estábamos enamorados de nuestros cuerpos idénticos. Y desde ese entonces fuimos pareja de cama y andamos juntos para todo.
     -Cuando nuestros padre se enteraron -dijo Rodrigo en tono muy serio-, nos corrieron definitivamente de la casa, nos pidieron que nunca volviéramos y nos quedamos a vivir en nuestro departamento.
     -Pero como saben, nos corrieron del trabajo y del departamento por no pagar la renta -termino de contar Ricardo.
     El silencio se hizo y permaneció incomodandonos a todos, fue Luis quien lo rompió diciendo:
     -Tranquilos, seamos felices, además ustedes son súper sexys tienen el pene idéntico y un escroto que deja colgados a sus huevos de forma excitante. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.15

Los gemelos (Parte 1)


Ya era miércoles, los gemelos habían llegado ayer por la tarde, se instalaron en mi casa y yo junte mis cosas importantes y me las lleve a casa de Luis. 
     Luis pidió por teléfono 25 hamburguesas grandes, estábamos hambrientos, yo nunca me había comido mas de 2 hamburguesas a la vez, pero en esa ocasión Luis y yo teníamos pensado un juego de comida. Llamamos a los gemelos y ellos llegaron de inmediato a casa de Luis.
     Todo estaba listo, mi Xbox 360 estaba prendida, el juego que se estaba reproduciendo era la ultima versión de PES. De inmediato convencí a los gemelos de jugar unos partidos. El que perdía se tendría que quitar una prenda. Para hacer más parejo el juego, los cuatro solo llevábamos puestos una tanga, un pantalón, una playera y una sudadera, sin calcetines ni zapatos.
     Los partidos empezaron, to fui el primero en perder, me quite la sudadera, Luis también, cuando Ricardo perdió contra su hermano, se quito los pantalones, Rodrigo se quito la sudadera, Ricardo también, mi playera estaba en el suelo, Luis perdió dos veces seguidas, primero se quito la playera y luego los pantalones, me enfrente a Rodrigo y él se quito la playera, Ricardo se enfrento a Luis quedándose los dos en tanga, el partido entre Rodrigo y yo llegó a tiempos extra, sin penales, empatamos y los cuatro estábamos ya en tanga.
     Para el partido de semifinal, formamos equipos: Luis con Ricardo y Rodrigo conmigo. Empezó el partido y yo metí el primer gol, Rodrigo anotó en segundo, el descuento llegó cuando Ricardo hizo que el balón entrara en nuestra portería, así termino el primer tiempo. Al empezar el segundo Ricardo nos empató, yo metí un gol más, solo quedaban 15 minutos del partido cuando Luis anoto para empatar. El ultimo gol también fue de Luis, eso provocó que Rodrigo y yo perdiéramos, nos quitamos la tanga lo vi desnudo y me excité.
     La final fue realmente una paliza, Luis ganó anotando 6 goles contra 2 de Ricardo, quien se quitó la tanga que estaba húmeda por su liquido preseminal. Luis fue el ganador, el único que conservo su tanga, pero entre los tres lo agarramos, le empezamos a dar besos por todo su cuerpo y yo le quité la tanga.
     Sonó el timbre, indicando que ya habían llegado las hamburguesas, tome la bata de baño de Luis y salí para recibirlas. Cuando regresé los gemelos seguían besando a Luis. Los detuve, era la hora del siguiente juego. 
     Las hamburguesas estaban calientes, se veían deliciosas y eran gigantescas. El juego consistió en ver quien podía terminar de comer 6 hamburguesas en el menor tiempo posible. Para ayudarnos a tragar estaba una botella de refresco de 3 litros para cada uno de nosotros. El juego empezó, los gemelos devoraban sus hamburguesas, la primer hamburguesa desapareció, empezamos a comer la segunda casi al mismo tiempo, al llegar a la tercera Luis estaba un poco atrasado, la cuarta fue más difícil aun, cuando llegué a la quinta fui el primero en empezar, la termine con enorme esfuerzo y le dí un gran trago a mi refresco que casi se agotaba. Cuando mordí la ultima, Luis se rindió dejando dos hamburguesas en su plato, Ricardo me alcanzó y Rodrigo nos seguía de cerca. Dí la ultima mordida, la hamburguesa había desaparecido, fui el ganador, Ricardo termino en segundo y Rodrigo rechazó su ultima mitad.
     Ricardo me miro como retándome, tomo la media hamburguesa de su hermano y le dio una mordida. Tome una del plato de Luis y también la mordí, increíblemente aun tenia un poco de hambre y me comí toda la hamburguesa, era la numero 7, no lo podía creer. Ricardo se comió el resto de la de su hermano y me corone como campeón.
     Luis me llevo a la boca su ultima hamburguesa, la mordí, estaba excitado y la comida me entraba en el esófago como si fuese liquida. No me importaba, había leído en Internet que un hombre rompió un récord comiendo 103 hamburguesas en solo 8 minutos, claro sin pan, pero yo aun tenia hambre así que devore la ultima hamburguesa de Luis.
     Como quería seguir engordando, le pedí a Luis que trajera la ultima hamburguesa, la que sobro cuando las repartimos, él la trajo, me la metí en la boca, mi hambre era voraz, mientras Luis me alimentaba con ultima hamburguesa Ricardo y Rodrigo se masturbaban mutuamente viéndome comer. Termine, mi inmenso estomago estaba duro y redondo, necesitaba eructar pero no podía, así que para ayudarme tome el medio litro de refresco que me sobraba en mi botella de una sola empinada, eructe fuertemente y mi estomago fue feliz tan feliz como yo.
     Me sentía satisfecho, había tragado 9 hamburguesas y 3 litros de refresco. Fui corriendo al baño, tenia que desechar. Después de mi, entro Luis, seguido de Ricardo y por ultimo Rodrigo. Cuando los cuatro habíamos cagado felizmente, estábamos desnudos y mirándonos entre todos. 
     -Si queremos tener sexo -dije-, creo que sería mejor que tomáramos un baño y nos laváramos el culito muy bien, creo que lo tengo sucio de cagar demasiado con esas hamburguesas.
     Y así lo hicimos, nos bañamos todos y cuando estábamos limpios y secos, nos sentamos en los sofás y puse en reproducción la pelicula porno "Super Chubs" de HeftyWoks.

martes, 6 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.14

El regreso a casa


Ya era lunes, me levante de mi cama, aun dormía en casa, ayer regresamos del viaje. Después de la noche de bodas no paso nada interesante. Ayer solo nos levantamos, entregué las llaves de la habitación, subimos al carro y regresamos a casa. Le dije a Luis que durmiera en mi casa pero el se negó diciendo que él prefería su cama.
    Ya era la hora de ir a ver a mi jefe el Sr M, así que tome un baño me vestí y me puse el anillo que me dio Luis para confirmar nuestra unión, él tiene uno igual, fue un regalo de los gemelos. Los anillos eran idénticos, hechos de oro tenían en el frente una pequeña garra de oso grabada; el mio tenia el nombre de Luis grabado y mi nombre aparecía grabado en el anillo de Luis.

lunes, 5 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.13

La boda


Ya era sábado, el día anterior la habíamos pasado de compras, Luis se compro un traje completamente blanco y yo uno totalmente negro. La boda se celebraría por la tarde, el lugar era el parque de la ciudad. No hubo sexo desde que dejamos a los gemelos en el hotel.
     En la tarde del viernes, mientras revisaba mi correo electrónico descubrí que los gemelos habían mandado sus datos. Tomé mi iPhone y marque el número del teléfono que me mandaron los gemelos. Los invite a la boda y ellos aceptaron con gusto.

domingo, 4 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.12

La cena


Era la tarde del jueves, estábamos en la habitación del hotel, tuvimos un día muy bueno. Después de dejar a los gemelos, fuimos al cine, saliendo fuimos a una SexShop, ahí compramos tres nuevos dildos, los tres tenían forma de pene, pero eran de distinto tamaño y grosor, además todos brillaban en la oscuridad. También compramos películas porno chubbies, mucho lubricante y anillos para el pene. Por ultimo, compre dos iPhones, uno blanco para Luis y otro negro para mi. Mi trabajo me permitía el poder que hacer esas compras. 

viernes, 2 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.11

El sexo es fiesta


Llegamos al hotel, apenas era media noche, nuestro taxi llego después que el de la otra pareja. Yo llevaba la llave, registre nuestra entrada y tomamos el ascensor hasta el ultimo piso.
     Los otros dos hombres eran muy gordos, como luis. Los mire de cerca, en el bar no me había dado cuenta, pero los dos hombres eran idénticos.
     -¿Son parientes ustedes dos? -pregunte una vez dentro de la habitación.

jueves, 1 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capitulo 1.10

El descanso


Regresé con Luis al hotel, la segunda tarea ya estaba hecha. Ya había matado a dos hombres, y no sentía culpa de nada. Sabía que mi trabajo era justo para algunas personas y yo solo trabajaba para su bienestar.
     -Ya regresaste -me dijo Luis en forma de saludo, se lanzo a mi y me beso profundamente.
     -Yo también estoy feliz de verte.