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viernes, 30 de agosto de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 1.29

La fiesta en la piscina


Ya amanecía, para hoy no había ningún trabajo que cumplir. Los gemelos regresaban hoy, habíamos planeado una gran fiesta con ellos y Omar para disfrutar de sexo en el agua. Omar tenía una casa don piscina, así que solo esperamos la llegada de Roy y Ric para irnos a nadar.
                Los gemelos llegaron apenas dieron las 11:00 de la mañana, subimos a nuestros autos y condujimos por solo media hora para llegar a casa de Omar, ese día estaría bacía debido a que sus padres disfrutarían de un viaje celebrando el aniversario de su matrimonio. Bajamos de los autos, al entrar a casa de Omar ya estábamos quitándonos la ropa, hacía un calor tremendo y mi grasa acumulada hacia que el calor se sintiera mucho más.
                Dejamos nuestro camino de ropa, todos llevábamos el bañador debajo de nuestros pantalones, llegamos de inmediato al agua dejando caer nuestro peso hasta tocar el suelo resbaladizo de la piscina. Dentro del agua los cinco hombres estamos refrescados, nuestros grandes volúmenes desplazaron el agua considerablemente.
                El sexo empezó con los gemelos besándose, Omar los acariciaba entre las piernas, mi bañador desapareció y solo me quedé con una tanga azul que solo me cubría la verga, Luis se quitó toda la ropa y su pene tuvo una erección, lo bese y mi mano lo masturbo.
                Paso poco tiempo hasta que los 5 estuviésemos desnudos completamente, Omar había ido por unos bocadillos que habíamos ordenado por teléfono, los puso en platos y los dejo flotar en el agua. Tome un plato y devoré las tres hamburguesas que en él venían, Luis tomó otro plato con papas fritas y me alimentaba mientras Omar lo masturbaba, salí del agua, me senté en el borde con mis pies mojándose. Omar no dejo de masturbar a mi gordo y metió en su boca mi verga que ya se estaba poniendo dura, Luis me seguía alimentando mientras los gemelos e besaban y alimentaban mutuamente.
                Comer y ver besarse a los gemelos me excitaba mucho, mi orgasmo me llegó de inmediato, Omar se apartó para dejar que mi semen siguiera su curso, los chorros fueron potentes y explosivos, cayendo al agua y quedándose flotando en la superficie. Los gemelos aplaudieron mis disparos y se acercaron a mí con un plato cada uno, de metieron de nuevo al agua y entre los cuatro me alimentaban sin esperar a que pudiese tragar, los retos de comida se me caían de la boca ensuciando el agua.
                Los cuatro hombres se estaban excitando, la comida entraba en mi boca en grandes cantidades, no podía tragar. Cuando intente respirar me atragante con un bocado, los gordos me sacaron con dificultad y me acostaron en una silla de playa. No podía respirar y estaba perdiendo la conciencia, sentí como sacaban toda la comida que tenía en la boca y a alguien presionándome el pecho, fue solo un pequeño susto, la carne libero mi garganta y pude respirar nuevamente.
                Todos estábamos eufóricos, pero yo agarré el pene de Omar y comencé a masturbarlo, eso levanto el ánimo de todos y se empezaron a excitar y sus vergas a ponerse duras. Estaban los cuatro parados a mis costados, mi verga se hincho de nuevo, cada uno nos masturbábamos de nuevo, los penes apuntaban a un solo punto, a mí y eso me excitaba aún más. Eso significaba que me bañaría en semen.
                Los orgasmos llegaron con el de Omar, su semen me mojo mi vientre con largos pero escasos chorros blancos. El siguiente en disparar fui yo, de nuevo mi semen salió expulsado con fuerza y en grandes cantidades, ahora me moje mi vientre, mis pechos y mi cara, el poco semen que quedó alrededor de mis labios lo lamí con gusto. Los gemelos fueron los siguientes en eyacular, ellos estaban a la altura de mi cabeza, como siempre los dos dispararon al mismo tiempo abrí mi boca, cerré mis ojos y espere a que su semen me mojaran la cara y entrara en mi boca.
                Los gemelos se apartaron, Luis se subió a la silla y me introdujo su verga en la boca, se movía adelante y atrás metiendo y sacando su pene duro y excitado. Sus gritos empezaron, y su pubis y su gran vientre me golpeaban la cara batiéndome con el semen de los otros tres hombres. Su orgasmo llegó con gritos de placer increíbles y complacientes, su eyaculación fue masiva, tal vez un poco más que las mías, su semen entro en mi boca pasando a mi garganta directamente, la cantidad de esperma fue tan grande que casi me ahogaba de nuevo.
                El sexo acabó, la comida se terminó u nosotros seguíamos dentro del agua un poco sucia por el semen y la comida. Estábamos tranquilos disfrutando del agua, y Luis dijo:
                -Biscocho, sí. ¡BISCOCHO! Así es como te llamare de ahora en adelante mi Guillermo.
                -¿Biscocho? –dije-. Es perfecto, me encanta.

                Luis se acercó a mí, me beso y los otros tres hombres se nos unieron en un abraso de osos que me resulto excitante causándome otra erección.

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