Trabajando solo
Por la mañana llego un sobre con mi nombre, al abrirlo
encontré el nombre de una nueva víctima. Junto con la tarjeta de datos y el
monto de dinero, había una pequeña nota del jefe, en la cual me pedía que
realizara solo este trabajo.
Para la
noche, ya estaba lista mi cita con Bruno, un gordito de unos 120 kg, me encantó
al ver sus fotos y videos en su perfil de Xtube. Faltaba poco menos de una hora
para nuestro encuentro, estaba conduciendo mi auto con mi vientre estorbándome al
dar vuelta al volante. Llegué a casa de Bruno, le mandé un texto desde mi
iPhone, en solo pocos minutos salió de su casa y entro en mi auto.
El sexo
tendría lugar en un hotel que Bruno había reservado para la ocasión. Llevé el
auto hasta el hotel, bajamos y Bruno registro nuestra entrada, subimos al
cuarto 608 para el sexo. Una vez ahí nos metimos en la ducha en la que con
esfuerzo cabíamos los dos juntos. Mientras el agua mojaba nuestros gordos
cuerpos, el trato de mamarme la verga sin mucho éxito debido al reducido
espacio.
Una vez
limpios y secos, nos acostamos en la cama, Bruno había traído una de sus películas
porno, la puso a reproducir en el DVD del cuarto y la disfrutamos en la
pantalla plana de 43”. Me empecé a masturbar pero Bruno me detuvo, metió mi
verga sin estar dura en su boca y la mordía con cariño. Le tomé el cabello de
su nuca, le moví su cabeza para que la mamada fuese con mucha más energía.
Bruno
se hincó delante de mí, abriendo mis piernas y elevándolas, descubrió mi ano y
lo comenzó a lamer, su lengua me causaba un placer increíble. Su lengua intentaba
entrar en mi recto, sentí como lamiéndome su lengua llegaba a mis testículos y
se metió parte de mi escroto en su boca. Se separó un poco de mí, con sus manos
tomo mi escroto y lo estiro, eso parecía divertirlo y sorprenderlo al mismo
tiempo, me dejo las bolas y continúo lamiendo mi ano, mientras yo lo golpeaba
con mi escroto.
Se levantó
para que su verga dura, estuviese a la altura de mi culote, con un poco de saliva
que escupió en su mano, lubrico su pene y trato de introducirlo en mi ano. Al
principio fue un poco doloroso, pero cuando su pene expulso liquido preseminal
la cogida tomo un ritmo rápido y delicioso. Con mis piernas sobre sus hombros,
trató de alcanzar mis pechos con las manos, lo logro y los estrujo con fuerza,
los apretaba rico y mis pezones recibieron una descarga de placer que me
excitaba.
Al
sacar su pene, me indico que me diese vuelta para ponerme a cuatro patas, lo obedecí,
él se subió en la cama hincado detrás de mí. Me penetro de nuevo, esta vez con
más facilidad, su movimientos me agitaba por completo y mi grasa se agitaba
como gelatina. Me cogía, me cogía y me cogía, parecía que el sexo nunca terminaría,
el placer era increíble pero él parecía ya estar cansado. De repente, empezó a
soltar gritos de placer que me indicaron que su semen ya estaba siendo
depositado en mi interior. Su orgasmo fue corto, se acostó sobre mí para
besarme la ancha espalda, saco su verga ahora húmeda y flácida y me dio
nalgadas, acostándose a mi lado.
Me acerque
más a él y lo bese, su mano me estrujaba el pene. Me giré y de nuevo su boca se
abrió para que mi verga entrara. Estaba realmente excitado, la mamada no duro
mucho tiempo. En pocos segundos mi masiva descarga de semen entraba en la
garganta de Bruno, gran cantidad de saliva y semen escurría de su boca. Se acercó
a mí de nuevo y nos besamos, en poco tiempo él se había quedado profundamente
dormido.
Me levanté
de la cama para ir al baño, me limpie los restos de semen y me lavé de nuevo la
cara. Me vestí para irme, pero antes tomé mi pistola, la cargue, ya tenía el
silenciador puesto. Apunte al corazón de Bruno y disparé sin darle oportunidad
de ver la luz del día por una última vez.
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