El regreso al trabajo
Era ya viernes, el día de diversión con los amigos. Y yo, frente a la puerta de mi victima hice sonar el timbre de su casa. No tardo en salir, era un hombre gordo, solo un poco más que yo, su vientre colgaba como un mandil tocando sus muslos. Era inmenso, me excite al verlo, sus piernas eran dos grandes jamones tan gigantes que apenas podría abrazarlos. Pero había algo raro en él, en el lugar donde debería estar su pene, había una enorme bola, parecía como si tuviese un pene gigantesco como el resto de su cuerpo.
-Por fin llegas Guillermo -me dijo saludándome-, estoy esperando por ti, es hora del sexo. Pasa por favor.
Cuando abrí el primer sobre, descubrí que aparte del nombre Jorge Merino, había algo mas escrito en la tarjeta. Estaba ahí el perfil de Jorge en BiggerCity, lo contacte y acordamos una cita para tener sexo. En su perfil solo tenia fotos de su cara y sus redondos pechos, pero nunca mostró la enorme bola que tenía en sus calzones.
Inmediatamente Jorge se quito la ropa, quedándose casi desnudo, solo se quedo con un bóxer que ocultaba su deformidad. Me beso quitándome la chamarra, luego la playera, me desabrocho mi enorme cinturón y mi pantalón, que cayo al suelo con un sonido estrepitoso. Mi bóxer se estaba humedeciendo y Jorge me lo quitó metiendo en su boca mi verga dura.
Se puso detrás de mi, me agarró el culo con las dos manos y me empujo por el pasillo hasta una puerta que abrí instintivamente. La habitación era un baño muy amplio, tenia un jacuzzi muy grande el agua en él parecía caliente, a temperatura perfecta.
Jorge me continuo empujando hasta que entre en el jacuzzi, él entro después de mi si quitarse el bóxer blanco, que ahora húmedo por el agua se pegaba a su gigantesco pene y unas pelotas inmensas. Le quite el bóxer, tenía que ver su pene, nunca había visto uno igual.
-¿Te gusta mi verga? -me pregunto.
Afirme con un movimiento de mi cabeza, y me sumergí en el agua para probar esa verga. Era gigante, mis manos no alcanzaban a rodear la gordura de ese pene, y los testículos eran tan grandes como dos toronjas maduras, llevaba dos anillos grandes, uno rodeaba sus testículos que colgaban pesadamente y el otro envolvía su pene y testículos.
-¿Cómo conseguiste ese tamaño? -le pregunte muy intrigado.
-Cuando empece a engordar, mi pene desapareció entre tanta grasa, pero yo me lo quería ver. Así que consulte a un cirujano plástico y le dije que quería ver mi pene pero sin bajar de peso, me gusta estar gordo. Entonces el medico me recetó el botox. Y llevo tres años inyectándome a diario. Así mi verga consiguió ese tamaño y ahora puedo verla de nuevo. El placer es el mismo y las eyaculaciones son descomunales.
Jugué con su verga con mis manos durante un rato, hasta que se me ocurrió. Me acerque a él, tome mi pene y lo metí en su prepucio hinchado, increíblemente su pene gigante se trago mi verga y comencé a moverme a delante y atrás. Estaba cogiendo a Jorge por el pene, eso nunca me lo habría imaginado. El placer era genial, los dos gritamos y el placer aumentó.
Mi pene salió del de Jorge, me senté junto a él. lo besé y el me masturbó.
-Con este pene -mencionó Jorge- puedo tener muchos orgasmos seguidos.
-No te creo -le respondí.
-Puedes probarlo.
Entonces con mis dos manos empecé a masturbarlo, su glande estaba escondida y apenas era visible. No tardo mucho cuando el semen de Jorge salió disparado y quedo suspendido en el agua. Ese fue su primer orgasmo. Se giro, recargo sus codos en la orilla del jacuzzi y me dijo:
-Antes del segundo orgasmo, quiero que me des por el culo.
Me acerque a él, sin condón lo penetre con dificultad debido a la falta de lubricante. Fue un poco doloroso al principio, pero no tardo mucho hasta que mi presemen lubrico su trasero que estaba a la mitad sumergido en el agua.
-Sigue así, no te detengas, has que mi culo salte de alegría.
Seguimos en esa posición, lo penetraba cada vez más fuerte, y el orgasmo estaba llegando. El miembro de Jorge se mecían dentro del agua al ritmo de mi cogida. Mis gritos delataron mi eyaculación, mi semen se deposito en el recto de Jorge, saque mi pene y mi semen escurría por su ano.
-Es hora de mi segundo tiempo -dijo Jorge con un suspiro.
Se sentó de nuevo dentro del jacuzzi, le di la espalda y mi culo quedó a la altura de su boca, con sus manos separó mis nalgas y su lengua lamia mi ano. Sin separarme de su boca me agache para mastrubarlo de nuevo con mis manos. Nuestras enormes barrigas se rozaban con mis movimientos al ritmo que su pene sumergido y sus bolas gigantescas.
-Sigue así... que rico culo tienes... esta sabroso... lo comería todo el día... ya esta llegando... lo veo venir... el segundo orgasmo...
La posición me estaba cansando, y aproveche esa oportunidad para hacer mi tarea.
-Estoy cansado -dije.
Y me deje caer sobre Jorge apretando su pecho, sumergiéndolo por completo en el agua. No deje de masturbarlo, el luchaba por liberarse pero mi peso se lo impedía. Las burbujas salían de su boca y su nariz, se estaba ahogando. Sin aviso un gran chorro de semen seguido de otro y otro salieron de su pene al mismo tiempo que el tragaba agua y llenado son ella sus pulmones. Jorge estaba muerto, su jacuzzi lleno de semen y yo estaba sexualmente complacido, a cogerme a un hombre que podía tener varios orgasmos.
Salí del jacuzzi, me sequé con una toalla, recogí mi ropa, me vestí y emprendí el regreso a casa con Luis.
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