El regreso a casa
Ya era lunes, me levante de mi cama, aun dormía en casa, ayer regresamos del viaje. Después de la noche de bodas no paso nada interesante. Ayer solo nos levantamos, entregué las llaves de la habitación, subimos al carro y regresamos a casa. Le dije a Luis que durmiera en mi casa pero el se negó diciendo que él prefería su cama.
Ya era la hora de ir a ver a mi jefe el Sr M, así que tome un baño me vestí y me puse el anillo que me dio Luis para confirmar nuestra unión, él tiene uno igual, fue un regalo de los gemelos. Los anillos eran idénticos, hechos de oro tenían en el frente una pequeña garra de oso grabada; el mio tenia el nombre de Luis grabado y mi nombre aparecía grabado en el anillo de Luis.
Antes de salir de casa, tome mi iPhone y le mande un mensaje a Luis que decía:
Voy a trabajar papi, espero no tardar, llegaré a tu casa por la noche.
Llegué a la oficina de mi jefe, llame a la puerta, él me indicó que entrara. Me senté en la silla delante se su escritorio, apenas cupe, mi trasero había crecido.
-Que bueno que regresas Molina, ¿has engordado?
-Un poco, si, Sr M.
-Ahora tu trabajo deberá de ser mas fácil. Como sospecharas, tenemos una lista que parece interminable de asesinatos, solo el 15% de ello son gay. De ese 15% una tercera arte son mujeres, el resto son hombres, pero solo 8 de cada 10 prefieren a gordos como tú.
>>Como sabes, en nuestra empresa solo laboran hombres. Es increíble que solo haya una sola persona en esta empresa que les de placer a los clientes antes de matarlos. Y más increíble aun que solo hayan dos personas homosexuales.
-¿Hay otra persona que tiene las mismas preferencias que yo?
-Como he dicho, increíblemente, hay una persona como tú. A ése hombre también le gustan los hombres gordos, y es impresionantemente obeso, mucho, mucho más que tú.
-¿Lo conoceré algún día?
-Claro, pero no será ahora, tal vez algún día trabajen juntos. Pero ese no es el asunto que me hizo llamarte. Toma, los datos de tus próximas victimas.
En su escritorio dejo caer tres sobres diferentes, cada uno tenía el nombre de un hombre que necesitaba sexo. Tome los sobres, mi jefe me indicó que me retirara con un gesto de su mano, salí en silencio. Subí a mi carro y me fui directo a la casa de Luis.
Entre en casa de Luis, ahora yo tenía una copia de su llave. Era solo medio día, la pasaría con él hasta la noche. Lo encontré sentado en el sofá, su enorme barriga se expandía por todos lados, era excitante. Estaba dormido, fui junto a él y lo desperté con un beso. Fui a la cocina, me prepare un enorme sándwich con cuatro panes y jamón de corte súper grueso, además le puse mucha mayonesa y tome un litro de leche con sabor a chocolate. Regresé con Luis, me senté a su lado, apenas y cabíamos en el sofá que era para tres personas.
El vio el sándwich, lo agarró y me lo metió en la boca, era enorme y no me cupo todo. Parte de la mayonesa se derramó sobre mi camisa y Luis comenzó a desabrochar los botones. Mi vientre estaba desnudo, ahora ahí caía la mayonesa. El sándwich estaba desapareciendo, y Luis y yo estábamos excitándonos. Cuando ya estaba el sándwich a medio terminar, Luis destapo la leche, bebió un poco y me la empino en la boca. Parte de la leche escurría por mis mejillas, bajaba por mi cuello y corría por mi barriga.
Luis se detuvo, se quito la playera y el pantalón. Regresó para terminar de alimentarme metiéndome a empujones el resto del sándwich que devore en solo cinco bocados. La leche regreso a mis labios, continué bebiendo lo más rápido que podía, pero el liquido me mojaba la enorme barriga. Luis, sin dejar de empinarme el bote me lamió la leche de mi pecho con bellos escasos, y luego la que había en mi vientre.
La ultima gota de leche se deposito en mi lengua, aventando el bote vacío Luis me beso. En mi pantalón algo se movía, no era mi verga dura, era mi iPhone indicándome que me había llegado un correo nuevo. Aparte a Luis de mi sin dejar de besarlo, lo senté en el sofá, me incorpore y revise el aparato. Era un mensaje de los gemelos, habían sido expulsados de su departamento por no pagar la renta, y con el mensaje pedían hospedaje.
Luis terminó de leer el mensaje y me paso mi iPhone, solo tardamos cinco minutos en decidirlo, dí la vuelta para contestar, en ese momento Luis me quito los pantalones junto con mi bóxer de un solo jalón, se fue a su recamara y me puse a redactar la respuesta que decía:
Queridos Ricardo y Rodrigo, me complace decirles que mi casa esta desocupada, es legalmente mía, la compre y ahora que me casé con Luis creo que viviremos juntos en su casa. Así que cuando quieran pueden venir a vivir aquí. Luis y yo seremos sus vecinos, viviremos en la casa de enfrente.
Junto con el mensaje adjunte un mapa de donde se encontraba mi casa, lo leí antes de enviarlo, contento con el texto lo envié.
Sin previo aviso, un objeto entro en mi ano con una facilidad increíble, me giré y vi a Luis empujando un de sus nuevos dildos dentro de mi, gemí de placer, supe entonces que el sexo de esa tarde sería maravilloso.
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