La boda
Ya era sábado, el día anterior la habíamos pasado de compras, Luis se compro un traje completamente blanco y yo uno totalmente negro. La boda se celebraría por la tarde, el lugar era el parque de la ciudad. No hubo sexo desde que dejamos a los gemelos en el hotel.
En la tarde del viernes, mientras revisaba mi correo electrónico descubrí que los gemelos habían mandado sus datos. Tomé mi iPhone y marque el número del teléfono que me mandaron los gemelos. Los invite a la boda y ellos aceptaron con gusto.
Faltaba solo dos horas para la boda, los gemelos Ricardo y Rodrigo llegaron a nuestra habitación del hotel. Estaban vestidos para la ocasión, sus trajes eran iguales de color gris, camisa blanca y corbata roja. Nos ayudaron a vestir, a Luis lo ayudo Rodrigo y a mi Ricardo. Terminamos de arreglarnos, Luis se veía hermoso, nos acercamos y lo bese.
-Detente, eso guárdalo para la boda -dijo uno de los gemelos, no supe cual.
Una vez fuera del hotel tomamos un taxi, nos llevo directo al parque donde se levaría a cabo la ceremonia. Llegamos con cinco minutos de anticipación, el juez estaba llegando ya.
La ceremonia duro muy poco, Luis y yo firmamos los papeles, los gemelos firmaron como testigos. Y la boda termino con la frase del juez:
-Felicidades, están casados. Ahora ya pueden besar al novio.
El beso fue largo, hermoso y excitante. Dimos las gracias al juez, nos dio nuestra acta de matrimonio y fuimos a festejarlo.
Festejamos con una cena simple en el restaurante del hotel donde estábamos hospedados. Lo que mas importaba era lo que ocurriría después de la cena. Los cuatro hombres estábamos borrachos, los gemelos nos acompañaron a nuestra habitación, nos quitaron toda nuestra ropa, nos metieron en la cama, tapándonos con las cobijas nos dejaron solos.
El sexo empezó con besos, Luis sobaba mis pechos, nos destapo, le ayude empujando las cobijas con los pies. Su mano encontró mi pene, mientras me masturbaba seguía besándome. Se subió sobre mi, asfixiándome un poco, continuaban los besos. Rodando se aparto de mi, lo bese en sus pechos, bajando por su barriga llegue a su pene, lo bese primero y luego introduje su dura verga en mi boca. Luis me manoseaba mis nalgas mientras sus gemidos de placer me excitaban.
El sexo oral continuo hasta que lo bese de nuevo. Me acosté de espaldas y él se hinco junto a mis piernas. Tomo mi pene en su mano derecha y me masturbaba, mientras con la izquierda se masturbaba él. Mi gelatinoso vientre se movía al ritmo de la mano de Luis, tome su verga y nos masturbamos mutuamente. Dejo de masturbarme para llevar mi verga a su boca y me la mamo con ganas, mis gritos de placer parecían excitarlo.
Se detuvo, se acerco a mi cara, me golpeo con su verga mi rostro y yo se la empecé a mamar. Mientras su verga me atragantaba, con uno de mis dedos le penetre el ano. Luis me dijo que no parara. Sacando su pene de mi boca le dije:
-Quiero que mi verga deposite mi semilla dentro de tu culo.
La respuesta de Luis fue pararse, abriendo las piernas me coloco entre ellas, me miraba desde lo alto, se estaba masturbando cobre mi. Sin dejar de masturbarse se sentó sobre mi verga, en su mano llevaba lubricante que ya había untado en su ano, mojo mi verga con él y suavemente dejo que lo penetrara. Mi verga bailaba dentro de su trasero mientras Luis daba pequeños saltos para complacerme.
Con dificultad Luis seguía masturbándose. El placer aumentaba y los gritos no paraban. Estaba llegando al clímax y dije:
-¿Estas listo para recibir mi semilla?
-¡SIIIII!
Mi semen se deposito en su recto mientras mis gritos aumentaban, el placer termino pero Luis dejo que mi pene siguiera dentro de él.
Ahora yo lo estaba masturbando mientras el seguía sentado sobre mi. Sus gritos de placer me indicaron que estaba llegado al orgasmo, su semen salio expulsado fuertemente salpicando mi vientre, mis pechos e incluso mi cara. Eso me indicó que Luis estaba realmente excitado y que había disfrutado de un excelente sexo.
Luis me aplasto con su peso, batiéndonos en su semen, me dio dos besos cortos y rodó para acostarse a mi lado. De inmediato se quedo dormido. Yo no podía dormir, ahora estaba casado y la felicidad ocupaba mis pensamientos.
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