El trío
Después de la fiesta en el parque, hable con Hugo le confesé
que yo era Guillermo su cita para ese día. Él me abrazo y me dijo que estaba
hermoso, le respondí diciendo que él era sexy. Juntos salimos del parque y
tomamos un taxi para ir directo a buscar a Héctor, la pareja de Hugo.
Hugo se
empezó a quitar la ropa, era hermoso tan gordo cono Luis, su vientre le colgaba
hasta los muslos ocultándole la verga, sus piernas eran grandes, su espalda era
ancha y su culo era grande y redondo. Héctor imitó a su pareja, era un poco más
delgado, su panza tenia grasa y tal vez aplastándola aún podría conseguir mirar
su pene, sus piernas eran gordas, gordísimas, había más grasa en ellas que en su
vientre, parecía que una de sus piernas era más anchas que su cintura sus
pechos eran gordos pero pequeños y su culo, su culo era gigantesco, tan grande
como el de mi esposo, era inmenso en ese cuerpo. Todo Héctor era hermoso y más
si se lo veía por detrás.
Los dos
hombres comenzaron a besarse y se masturbaban mutuamente, el pene de Hugo era
pequeño, más chico que el mío, pero increíblemente gordo; la verga de Héctor
era realmente larga, casi media 17 cm y eso sin contar la parte que le cubría
la grasa que tenía en el pubis. Héctor bajo hasta que en su boca entro la verga
de su pareja, la mamada me excitó y mi pene empezó a hincharse. Héctor y Hugo estaban
haciendo el sexo como si yo no estuviese en el cuarto.
Hugo me
miró, detuvo la mamada de Héctor y los dos caminaron a por mí. Héctor fue
directo a mi pantalón, desabrochándome el enorme cinturón, lo jaló hacia abajo haciéndolo
caer con un ruido estrepitoso. Mientras tanto, Hugo estaba luchando con los
botones de mi camisa desabrochándolos con rapidez. En menos de 30 segundos ya estaba
completamente desnudo, uno de mis pezones estaba en la boca de Hugo, mientras
que la boca de Héctor era explorada por mi verga ahora completamente dura.
Los
tres estábamos excitados y solo paso poco tiempo para que estuviésemos en la
cama, ahí la verga de Héctor estaba dentro de mi boca, Hugo estaba buscando un
lubricante, al encontrarlo fue directo a mi verga, lo destapó y dejó caer una
generosa cantidad sobre ella. También se untó en su culo, yo estaba acostado
con mi cabeza en el borde, Héctor de pie me metía su pene mi la boca, Hugo de
preparaba para que mi verga entrara en su culo, se sentó sobre mi pubis y lo
penetre.
Los
tres hombres estábamos gozando de verdad el sexo, Héctor con su verga en mi
boca, mi pene en el recto de Hugo y mi mano lo masturbaba. Hugo daba pequeños
saltitos para que mi verga bailara dentro de él, Héctor sacó su verga de mi
boca y fue a sacar un dildo de su mochila, era largo y gordo, era igual al de
Luis ese que tenía los dos extremos con forma de glande. Fue directo a la
botella de lubricante y batió todo el dildo, luego se hecho en su ano, Hugo ya
no estaba sobre mí y fue a ayudarle a su pareja. Mientras yo seguía acostado en
la cama pude ver como Hugo tomaba el dildo y empezando por un extremo lo metía
en el ano de Héctor, el dildo seguía entrando, Hugo lo empujo hasta que ese
enorme y redondo culo se lo trago.
Fue realmente
excitante, mientras los veía me masturbaba, Héctor se acostó a mi lado y de
repente Hugo salto sobre él en la cama, su barriga descansaba sobre el pecho de
Héctor. Los gordos y musculosos brazos de Hugo estaban soportando una parte de
su peso para que Héctor no sufriera debajo de su cuerpo. Sus vergas estaban
dentro de la boca de su pareja, entre los dos practicaban un 69 excitante, me seguía
masturbando.
El culo
de Hugo era hermoso, me hinque detrás de él abriendo mis piernas para que entre
ellas quedara la cabeza de Héctor, y una vez más mi verga penetro el culote de
Hugo. La cogida estaba sabrosa, ellos no eran de muchas palabras en el cuarto
solo se escuchaban gemidos ahogados por las vergas en sus bocas. El orgasmo
estaba llegando podía sentirlo, sentía las ganas de anunciarlo y dije:
-Estoy
listo para eyacular –grite muy excitado.
-Eyacula
en mi espalda en mis nalgas –dijo Hugo sacando por un omento la verga de Héctor
de su boca.
Saqué n
mi verga y la masturbe con fuerza, el orgasmo llegó con gritos de placer que
gustaron a Héctor y Hugo, mi semen empezó a salir mojando esas gordas nalgas, salía
en grandes cantidades y poderosos disparos, mojaron más que las nalgas, también
mojé la espalda y la nuca de Hugo. Ellos estaban también llegando al orgasmo,
primero Hugo, descargando su semilla en la boca de su pareja, cuando terminó y
Héctor le había limpiado toda su verga Hugo se estaba preparando para levantarse.
-No,
sigue sobre mí –le mandó Héctor.
Hugo
haciendo caso, se quedó ahí, yo me pare con mis piernas abiertas y entre ellas
los dos hombres.
-Siéntate
sobre Hugo –me indico Héctor-, me gusta sentir el peso de los gordos sobre mí.
Así lo
hice, sentándome sobre mi semen cuidando no poner todo mi peso sobre ellos. Los
brazos de Héctor consiguieron pasar entre las piernas de Hugo haciendo posible
que me pudiese tocar mis posaderas, las manoseaba excitándolo, de repente dijo:
-Prepárense
para recibir mi semilla.
Esa era
mi oportunidad, tomé con mis manos la nuca y la barbilla de Hugo, con cariño
las sobe y de un movimiento ágil, rápido y fuerte le giré la cabeza quitándole la
vida. Su cuerpo inerte dejaba descansar todo su peso sobre el de Héctor haciendo
presión en los pulmones, me levante para contemplar la escena desde una
distancia prudente, me coloque justo frente a la cara de Hugo, pude ver como el
semen salía expulsado con fuerza de la verga de Héctor que se estaba asfixiando
bajo el peso de su enorme pareja. La posición de sus brazos le impedía intentar
quitarse el enorme cuerpo se encima, gritaba pidiéndome ayuda, eso era bueno,
ya que con cada grito entraba menos aire en sus pulmones. Después de tres
largos minutos Héctor expulso su último aliento y de su culo salió el largo
dildo transparente que lo estimuló.
Mi
tarea estaba hecha, era hora de ir a visitar al jefe, al Sr. M.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario