El primer sexo
Estábamos metiendo las maletas a la cajuela del Cooper, mis
papás estaban mirándonos desde la puerta de la casa, cerré la cajuela y fui a
despedirme de mis padres. Daniel se quedó detrás de mí mientras me despedía.
-Muy bien hijo –me dijo mi papá-,
que les valla bien. Por favor conduce con cuidado.
-Claro papá, iremos con cuidado.
Papá Carlos –dije dirigiéndome a mi padrastro-, nos veremos en cuatro días.
Daniel se despidió de mis padres
con un simple apretón de manos y un “Hasta luego”.
Entramos en el auto y lo
arranqué. Pronto estábamos lejos de casa en silencio, Daniel se había quedado
dormido y yo necesitaba concentrarme en conducir. Solo estaba conduciendo el
auto cuando de repente vino a mi mente la noche en la que por primera vez
experimente el sexo.
-Soy gay y me encantas –me susurró
Daniel al oído.
Me giré para mirarlo a la cara y
le dije:
-¿Estás hablando enserio?
-Sí, me gustas mucho, me encanta
tu pequeña panista y me encantaría chupar tu verga.
En ese momento mi verga estaba
muy dura y húmeda. Estaba excitado y me acerque al pecho de Daniel y le lamí un
pezón…
Perdí un poco el control del
auto, por suerte aun no entrabamos en la autopista y pude esquivar
perfectamente los autos que venían directo a nosotros. Daniel se despertó con
cara de susto, me miro y me pregunto:
-¿Qué pasa, por qué nos detuvimos?
-Es solo que estaba un poco
somnoliento, pero ya estoy bien.
-Bien, me quedaré despierto para
acompañarte. Y si te duermes te gritaré.
-Ya, que buen amigo eres –le dije
mirándolo con cara divertida.
Reanude el camino directo al
departamento, solo pasaron veinte minutos antes de que entráramos a la
autopista, me concentré en el camino. Nos quedamos de nuevo en silencio, Daniel
se quedó dormido de nuevo. Esta vez mantuve la mente en blanco, solo pasaron 50
minutos antes de haber llegado al departamento. Desperté a Daniel y juntos
bajamos las cosas del auto.
Entramos al departamento, aún
faltaba una hora y media antes de entrar a la escuela, fui directo a la cama y
me deje caer cerrando los ojos. A mi mente regresaron las imágenes de esa noche
y soñé con eso.
Lamí su pezón durante un buen
rato, mientras él buscaba con su mano mi verga la encontró y la apretó con
fuerza. Comenzó a masturbarme, mi lengua paso de un pezón a otro, luego bajo
hasta su enorme barriga y subió de nuevo llenando todo su pecho de baba. Mi
boca llegó a su boca, mi lengua entro en ella y su lengua bailo junto con la mía.
Yo
estaba realmente excitado, mi boca bajo hasta encontrar su ombligo. Mi mano
busco su verga, era pequeña pero estaba dura y húmeda, como la mía. Quería
probarla, sentirla en mi boca, quería saborearla y mordisquearla un poco; con
mis manos quité la enorme barriga de Daniel que cubría su pubis, por fin su
verga estaba a la vista era roja y muy linda.
Sin
pensarlo mi boca se sumergió en esa enorme bola de grasa, su pequeña verga
entró en mi boca, el sabor me encanto, sabia casi igual a lo que olía mi verga después
de masturbarme y correrme. Parecía que Daniel estaba muy excitado, se corrió de
inmediato, su semen exploto en mi boca llenándola de un sabor nuevo para mí, al
inicio no me gusto, pero al tercer disparo lo trague con gusto.
Le
chupe toda su verga de nuevo, limpiando todo el semen que quedo y tragándolo.
Me levante y me senté sobre el pecho de Daniel, comencé a masturbarme y de
repente mi verga entró a su boca y la chipaba de una manera que me encantó. Estaba
muy excitado y me corrí de inmediato, mi semen entró en su boca, llenándola y
se le escapó por los lados mojándole sus cachetes. Me levante de él y me acosté
a su lado, lo bese de nuevo en la boca. Luego le di un beso en uno de sus
pezones, lo abracé y me quede dormido en ese abrazo glorioso.
-Lalo, ¡Lalo!
Ya es hora de irse a la escuela –me despertó Daniel moviéndome un poco.
Yo me levante de la cama, no me
di cuenta de que estaba excitado y mi verga se podía ver como un bulto en mi pantalón,
Daniel voltio su mirada hacia ella y me sonrió diciendo:
-Me encanta ese bulto. Ahora
vamos a comer algo antes de comer.
Lo seguí, feliz de saber que un
gordo que me encantaba y al que yo le encantaba vivía conmigo.
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