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lunes, 25 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.05

Un nuevo trabajo


Estaba en el auto con Omar, manejaba eufórico y de manera extraña. Conducía hacia el edificio de la compañía de asesinos. Estaba muy triste, enojado, con sed de venganza y con ganas de matar a alguien. Quería matar al señor M.
                Llegue a la puerta del edificio, estacione el carro un poco inclinado; baje y Omar me siguió. Entramos juntos al edificio y camine directamente a la oficina de mi jefe. Entré empujando la puerta sin pedir permiso para entrar.
                -Bienvenido sea, señor Molina –me dijo mi jefe con toda la paz del mundo-. Lo estaba esperando. Por favor tomen asiento, usted también joven Omar.
                Nos sentamos, estaba muy enojado, triste y desorientado. El señor M me acerco un tazón enorme lleno de galletas, si darme cuenta tome unas cuantas con mi mano y las fui metiendo una a una en mi boca con una mano, mientras la otra estaba tomando mi pistola lista para disparar.
                -Señor Molina –comenzó a decir mi jefe, ahora mirándome fijamente a los ojos-. Sé que usted está muy enojado y triste por la perdida. Ahora le pediré un favor, suelte esa pistola y cálmese. Piense esto, si me mata mis hombres no lo dejaran salir de esta oficina con vida.
                Es señor M se levantó de su silla y comenzó a caminar por alrededor de su escritorio, sin dejar de mirarme, siguió caminando hasta detenerse justo detrás de mí. Y continúo hablando:
                -Más sin en cambio, promete no hacerme daño, le daré apoyo y ayuda para que usted cobre venganza. Le daré armas, municiones e incluso hombres. Esa otra compañía de asesinos no se puede quedar con la victoria. –M continuo caminando, en silencio hasta llegar a su asiento-. Esta mañana, no solo usted perdió a un gran amigo, esta mañana esta compañía perdió a un gran asesino, uno de los mejores, uno de los que llevaban demasiado tiempo haciendo un buen trabajo. Entonces señor Molina, si usted no termina con mi vida, le daré absolutamente todo lo que este a mi alcance para cobrar venganza.
                -Pero, así nada más –balbuceé sin saber que decir-. Usted me apoyará para matar al hombre que mató a Luis.
                -Claro, con una condición. Es fácil, si aceptas no solo mataras a ese hombre, también tendrás que acabar con los últimos cinco grandes asesinos de la otra compañía, si haces eso acabaras con los enemigos y con su compañía.
                -¿Qué pasa si digo que no? –pregunté.
                -Pues simplemente dejaras de trabajar para mí, ya no tendrás acceso a mi protección. Y claro está, correrás el riesgo de ser asesinado por los enemigos o ser demandado por los asesinatos que ya cometiste.
                El señor M me miró fijamente, yo no sabía que decir. Me giré para mirar a Omar y él tomó mi mano y la estrecho en símbolo de apoyo. Me acerque al gordito y le susurré:
                -¿Estarás conmigo en esto?
                -Si –fue su respuesta.
                -Señor M, creo que ya decidí. Escojo tomar venganza y acabar con los enemigos.
                -Eso me parece grandioso señor Molina –mi jefe se levantó de su silla y fue adarme un abrazo, sus brazos no alcanzaron a rodearme-. Usted Guillermo es una gran esperanza para esta compañía, y todos esperamos una gran actuación a partir de ahora.
                -Gracias señor, es un gran honor para mí.
                -Muy bien, ahora te llevaré a entregarte tus armas y presentarte a tus nuevos compañeros. Por favor joven Omar, síganos por favor.

                El señor M salió de su oficina, yo le seguí de cerca y Omar terminaba la fila justo detrás de mí. Estaba a punto de comenzar una nueva etapa de mi vida, necesitaría apoyo de Omar, el único ser querido que me quedaba. Aun no estaba listo para esto pero pronto tendría que estarlo, una nueva misión estaba a punto de comenzar.

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