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lunes, 18 de noviembre de 2013

El Gran Asesino: Capítulo 2.03

Placer en grupo


Por fin estábamos todos desnudos en el agua, Mauricio me acariciaba todo mi cuerpo, estaba reamente excitado. Sumergí mi mano y encontré una verga, no supe de quien era pero la apreté y jugué con ella. Luis se acercó a mí, recargándose en mi espalda sentí sus nalgas contra las mías, me giré para acariciarle la espalda, Mau no se separó de mí y empezó a jugar con mi culote.
                Mi dedo pulgar entro rápido en el ano de mi gordo, que soltó un gemido de placer. Volteé mi mirada y pude ver a los gemelos en un enorme abrazo, en medio de ellos estaba Ulises, un hombre gordo, no obeso como yo. Su abrazo era excitante.
                Salí del agua, me senté en el borde de la piscina, Luis y Omar me siguieron, Mauricio se metió mi verga en su boca y me acariciaba con sus manos mis pechos. Luis jugaba con Leo, lo tomo por los pelos y hacia su cabeza moverse adelante y atrás, sacando y metiendo su verga en la boca de Leo. Al otro lado de mi gordo estaba Miguel masturbando a Omar y besándole sus gordas piernas.
                Los gemelos se divertían, al otro lado de la piscina con Ulises y José, se abrazaban y besaban con tanta pasión, que me metí de nuevo al agua y nade hasta llegar a su lado. Los otros gordos me miraron, después de un rato todos estábamos en fila acariciándonos flotando en el agua.
                Nos manoseamos, abrasamos, besamos, toqueteamos, jugamos con las vergas de todos y lamimos nuestros cuerpos, durante horas. Nadie había eyaculado, pero todos estábamos muy excitados y nuestras vergas seguían gordas, rectas y muy duras. Salimos del agua, me senté en la silla más cercana que encontré, apenas me acomodé y Leo se sentó sobre mi verga, dejándola entrar en su caliente y rosado culo.
                Miguel se hincó sobre el pasto y Luis comenzó a cogérselo con ganas, mientras Omar le metía la verga a José en la boca. Los gemelos estaban recostados sobre sus espaldas en el borde de la piscina, y practicaban el 69 con Ulises y Mauricio. Todos estábamos ocupados en el sexo, y muy felices y excitados.
                Omar fue el primero en correrse, soltó su semen dentro de la boca de José, quien lo saboreo feliz. Omar sin más que hacer, se metió de nuevo al agua. Leo estaba mirándome de frente y masturbándose mientras mi verga entraba y salía de su culo, cuando José llego y me abrió la boca haciendo que me tragara su deliciosa verga.
                Mi cara se sumergía en un pubis grande, carnoso y suave, que no me permitía ver nada. A lo lejos escuche un grito de placer, inconfundible para mis oídos, Luis ya había eyaculado y ahora nalgueaba dulcemente a Miguel. Mi verga disfrutaba de un buen culo, ya había resistido sin eyacular. De repente, mi boca se llenó de cremoso semen, José tenía un delicioso semen que disfrute, se apartó de mí y acompaño a Omar.
                En el pasto ahora era mi gordo a quien le daban por el culote, Miguel le daba duro, solo de verlo me alegre de no ser Luis, paro parecía disfrutarlo. Como era de saberse, los gemelos eyacularon al mismo tiempo, gritando y gimiendo al mismo tiempo, excitándome más. Ulises y Mau se separaron de ellos, los gemelos rodaron y entraron de nuevo al agua juntos.
                Sobre mí, Leonardo eyaculo gritando de placer, mojando mi enorme barriga con blanco semen. Se levantó dejando mi verga emocionada, se metió al agua feliz de haber eyaculado. Mau y Ulises se acercaron a mí; Ulises el del culo enorme, se sentó sobre mi verga como lo hizo Leo, y Mauricio de paro junto a mí, ambos se masturbaban acariciando y dándome placer.
                Miguel gritó de placer al eyacular dentro de mi gordo y justos se acostaron en el pasto besándose. Ulises disparo semen, una cantidad considerable que mojo mi barriga y llego a mi cara, sus gritos de placer me complacieron. Mau también estaba a punto de eyacular, cuando su verga entro en mi boca para que yo pudiese probar su semen.
                Tragué el semen, Ulises seguía dándole un buen masaje a mi verga hasta que por fin eyacule con una explosión de semen, gritos y gemido se placer. Ulises se apartó de mí y todos entramos a la piscina para enjuagarnos el semen de nuestra piel.
                Llegó la media noche, todos fuimos a dormir, la casa de Mauricio tenía 4 recamaras, solo una tenía dos camas, las demás solo contaban con una, por suerte todas las camas eran de buen tamaño. Nos fuimos a dormir en parejas, como habíamos acordado para el plan; Omar se encerró con Miguel, Luis se metió junto con Ulises a la segunda habitación. Los gemelos ocuparon la habitación doble junto con José y Leonardo. Por ultimo yo entre a la habitación con Mauricio.

                Una vez en la cama feliz, me acomode para dormir. Pensando que solo tendría que matar a un hombre, el lugar de matar a los cinco. Solo faltaban doce horas para regresar a casa con los bolsillos repletos de billetes y nuestras vergas satisfechas, sonreí y cerré los ojos para descansar.

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