Placer en grupo
Por fin estábamos todos desnudos en el agua, Mauricio me
acariciaba todo mi cuerpo, estaba reamente excitado. Sumergí mi mano y encontré
una verga, no supe de quien era pero la apreté y jugué con ella. Luis se acercó
a mí, recargándose en mi espalda sentí sus nalgas contra las mías, me giré para
acariciarle la espalda, Mau no se separó de mí y empezó a jugar con mi culote.
Mi dedo
pulgar entro rápido en el ano de mi gordo, que soltó un gemido de placer. Volteé
mi mirada y pude ver a los gemelos en un enorme abrazo, en medio de ellos
estaba Ulises, un hombre gordo, no obeso como yo. Su abrazo era excitante.
Salí del
agua, me senté en el borde de la piscina, Luis y Omar me siguieron, Mauricio se
metió mi verga en su boca y me acariciaba con sus manos mis pechos. Luis jugaba
con Leo, lo tomo por los pelos y hacia su cabeza moverse adelante y atrás,
sacando y metiendo su verga en la boca de Leo. Al otro lado de mi gordo estaba
Miguel masturbando a Omar y besándole sus gordas piernas.
Los
gemelos se divertían, al otro lado de la piscina con Ulises y José, se
abrazaban y besaban con tanta pasión, que me metí de nuevo al agua y nade hasta
llegar a su lado. Los otros gordos me miraron, después de un rato todos estábamos
en fila acariciándonos flotando en el agua.
Nos
manoseamos, abrasamos, besamos, toqueteamos, jugamos con las vergas de todos y
lamimos nuestros cuerpos, durante horas. Nadie había eyaculado, pero todos estábamos
muy excitados y nuestras vergas seguían gordas, rectas y muy duras. Salimos del
agua, me senté en la silla más cercana que encontré, apenas me acomodé y Leo se
sentó sobre mi verga, dejándola entrar en su caliente y rosado culo.
Miguel
se hincó sobre el pasto y Luis comenzó a cogérselo con ganas, mientras Omar le metía
la verga a José en la boca. Los gemelos estaban recostados sobre sus espaldas
en el borde de la piscina, y practicaban el 69 con Ulises y Mauricio. Todos estábamos
ocupados en el sexo, y muy felices y excitados.
Omar
fue el primero en correrse, soltó su semen dentro de la boca de José, quien lo
saboreo feliz. Omar sin más que hacer, se metió de nuevo al agua. Leo estaba mirándome
de frente y masturbándose mientras mi verga entraba y salía de su culo, cuando
José llego y me abrió la boca haciendo que me tragara su deliciosa verga.
Mi cara
se sumergía en un pubis grande, carnoso y suave, que no me permitía ver nada. A
lo lejos escuche un grito de placer, inconfundible para mis oídos, Luis ya había
eyaculado y ahora nalgueaba dulcemente a Miguel. Mi verga disfrutaba de un buen
culo, ya había resistido sin eyacular. De repente, mi boca se llenó de cremoso
semen, José tenía un delicioso semen que disfrute, se apartó de mí y acompaño a
Omar.
En el
pasto ahora era mi gordo a quien le daban por el culote, Miguel le daba duro,
solo de verlo me alegre de no ser Luis, paro parecía disfrutarlo. Como era de
saberse, los gemelos eyacularon al mismo tiempo, gritando y gimiendo al mismo
tiempo, excitándome más. Ulises y Mau se separaron de ellos, los gemelos
rodaron y entraron de nuevo al agua juntos.
Sobre
mí, Leonardo eyaculo gritando de placer, mojando mi enorme barriga con blanco
semen. Se levantó dejando mi verga emocionada, se metió al agua feliz de haber eyaculado.
Mau y Ulises se acercaron a mí; Ulises el del culo enorme, se sentó sobre mi
verga como lo hizo Leo, y Mauricio de paro junto a mí, ambos se masturbaban acariciando
y dándome placer.
Miguel
gritó de placer al eyacular dentro de mi gordo y justos se acostaron en el
pasto besándose. Ulises disparo semen, una cantidad considerable que mojo mi
barriga y llego a mi cara, sus gritos de placer me complacieron. Mau también
estaba a punto de eyacular, cuando su verga entro en mi boca para que yo pudiese
probar su semen.
Tragué
el semen, Ulises seguía dándole un buen masaje a mi verga hasta que por fin
eyacule con una explosión de semen, gritos y gemido se placer. Ulises se apartó
de mí y todos entramos a la piscina para enjuagarnos el semen de nuestra piel.
Llegó
la media noche, todos fuimos a dormir, la casa de Mauricio tenía 4 recamaras, solo
una tenía dos camas, las demás solo contaban con una, por suerte todas las
camas eran de buen tamaño. Nos fuimos a dormir en parejas, como habíamos acordado
para el plan; Omar se encerró con Miguel, Luis se metió junto con Ulises a la segunda
habitación. Los gemelos ocuparon la habitación doble junto con José y Leonardo.
Por ultimo yo entre a la habitación con Mauricio.
Una vez
en la cama feliz, me acomode para dormir. Pensando que solo tendría que matar a
un hombre, el lugar de matar a los cinco. Solo faltaban doce horas para
regresar a casa con los bolsillos repletos de billetes y nuestras vergas satisfechas,
sonreí y cerré los ojos para descansar.
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