La Reunión
Baje del auto, cerré la puerta de un empujón muy fuerte, estaba demasiado nervioso. Había matado a un hombre mientras teníamos sexo.
Confundido fui a la oficina del jefe, entre sin llamar a la puerta y sin mencionar mi entrada. Lo mire, el señor M no mostraba señas de haber captado mi presencia.
-El trabajo esta hecho -dije, sin esperar respuesta me gire a la puerta. Quería comer algo.
-Espera -contesto, su voz era grabe, como de un hombre de unos 50 años.
Voltee y lo mire a los ojos y dije amablemente:
-¿En qué mas puedo ayudarle?
- Se que tu primer tarea esta hecha, lo hiciste muy bien. Fue una gran coincidencia que tu primer cliente fuese gay. De ahora en adelante, solo te encargare a gente con tus mismas preferencias sexuales. Esa muerte fue grandiosa, fue muy creativa.
-Gracias, señor.
-Veo que estas nervioso Molina. Tranquilo, nadie se enterara de que usted cometió el asesinato. Ni siquiera encontraran las muestra de ADN que dejo el el interior del Eduardo.
-Perdone la pregunta, pero ¿cómo sabe usted que Edi y yo, hicimos el amor?
-Tengo mis informantes.
-Señor -mi nerviosismo se convirtió en curiosidad-, ¿por qué matamos a esa gente?
-Mire Molina, le contare una historia. Sera mejor que tome asiento, las historia es un poco larga.
Me senté en la silla frente a su escritorio, esperando que la historia comenzara
-Después de la segunda guerra mundial. Dos hombres, de unos 30 años de edad, dedicados a almacenar armas y municiones para esa guerra, simplemente no supieron que hacer con lo que les sobro, así que lo siguieron guardando en sus enormes bodegas. Uno de ellos, que era tan gordo como tú (según cuenta la historia), cuyo nombre era Juan, tenia muchos enemigos. Un día Luis, el otro hombre, descubrió que los enemigos de Juan se estaban reuniendo en secreto para planear su muerte.
>>Juan desesperado, fue a visitar a varios de sus amigos. Muchos de ellos eran soldados jubilados. Los reunió a todos, en total juntaban a quince hombres, y les contó lo que Luis había averiguado.
>>Los quince hombres, también contando a Juan y a Luis, crearon un plan para acabar con sus ahora también enemigos. Lo primero que hicieron fue infiltrarse en las juntas secretas del los enemigos. Una vez dentro, fueron investigando los nombres de cada uno de los integrantes del grupo. De a uno por uno los fueron visitando en sus domicilios, una visita de una sola persona, con un solo fin, terminar con la vida de uno de los enemigos de los Quince.
>>La ultima muerte fue la del líder de los enemigos, esa muerte la llevo a cabo el propio Juan. Entro en la casa de su enemigo, disfrazado de vendedor de autos. Su charla duro horas y cuando Juan estaba a punto de vender el vehículo, llevo a cabo su principal tarea.
>>Una vez muertos todos sus enemigos, los Quince se reunieron para festejarlo. Una mujer entro en la bodega donde estaban los hombres, al verla la mujer se desplomo en el suelo. Luis se acerco a verla, ella estaba muerta. Al revisar su mano, encontró una pequeña hoja de papel. En ella solo estaba escritos el nombre y el domicilio de un hombre. Los Quince supieron entonces que ese hombre debía morir.
>>Poco tiempo después, la gente se entero de su trabajo. A su bodega, comenzaron a llegar cartas, con nombres y domicilios, acompañados de generosas donaciones de dinero. En ese momento los Quince se convirtieron en asesinos de tiempo completo.
>>Pasaron los años, uno de los Quince murió. Su muerte dejo un espacio disponible para otro asesino, así que buscaron a uno más. Es tiempo paso, los encargos para matar gente aumentaban vertiginosamente. Los Quince no se daban abasto con tanto trabajo, se estaban asiendo viejos. Decidieron encontrar aprendices, dejandoles a ellos sus conocimientos y sus empleos. Pasaron las décadas, y los Quince se fueron convirtiendo en veinte, cuarenta, cincuenta, hasta llegar a lo que hoy somos, los mil cuento catorce agentes que se dedican a la muerte.
Me quede mirando al señor M con sorpresa. Mi boca estaba abierta y me di cuenta hasta que le dije:
-Esa historia es grandiosa, nuestro negocio es la muerte. Ahora entiendo el nombre de nuestra empresa.
-Claro está, el nombre lo conservamos, la cantidad de miembros no -el señor M hizo una pausa, como pensando lo que diría a continuación-. Aunque en realidad, solo son quince hombres que están a cargo de esta empresa, y yo soy uno de ellos. Soy uno de los aprendices de los Quince anteriores, que fueron en su tiempo aprendices de los Quince antes que ellos, y así sucesivamente.
-Señor, estoy preocupado, ¿qué tal si descubren que yo mate a Edi?
-No te preocupes, los Quince tenemos secretos. No te descubrirán, tenlo por seguro. Ahora, Molina, ve a casa, ahí le esta esperando su primer pago. Y no te preocupes en regresar, no te necesito aquí a diario. Te mandare cartas, dentro estarán los datos de tu siguiente cliente. Y tu paga seguirá llegando hasta ti, si sigues haciendo un buen trabajo.
-Gracias señor -dije levantándome del asiento y luego de estrechar su mano son la mía, salí de su oficina y me fui camino a casa. Tenia que hablar con el señor Lopez, tenia que confesarle mi amor por él.
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