El trabajo es fácil
Llame a la puerta de Juan, mi siguiente victima. Paso muy poco tiempo antes de que él saliera. Era joven, de apenas unos 24 años de edad, era 5 años más joven que yo. Su cuerpo era grueso, pesaba 150 kg aproximadamente. Sus hombros eran anchos, su barriga prominente, sus pechos eran dos perfectas esferas de grasa. Su rostro estaba libre de cualquier bello facial, y su cabello lo llevaba un poco largo y despeinado.
-Buenos días buen hombre -le dije en forma de saludo, son una sonrisa en mi rostro-. Soy vendedor, vengo ofreciendo...
-No me interesa nada -me interrumpió, serrando la puerta de su casa. Después de solo unos segundos, la abrió de nuevo-. Bueno, solo me interesan sus servicios, si se trata de sexo.
-No tengo idea de lo que me esta hablando -dije, sabía que este hombre sería muy fácil de llevar a la cama, su rostro mostraba una excitación que no aguantaba.
-Digo que me... que... ¡que me gustaría tener sexo son usted! -dijo casi gritando.
-¿Estas consciente de lo que dices?
-Si, y nada en el mundo me gustaría más que tener sexo contigo.
-Claro, pero solo si es con condón.
Cinco minutos después nos estábamos besando en su cama completamente desnudos. Nuestros cuerpos gordos se rosaban, con una mano le apretaba el pene y con la otra el pezón. Él tenia sus dos manos manoseándome mi culo. Los besos no pararon y mi pene se puso duro. Su boca bajo, sin dejar de besarme hasta llegar a mi pene y comenzó a mamármelo. Cada vez lo hacia más y más rápido, mis gritos de placer eran grandiosos.
No duré nada, mi semen empezaba a salir de mi pene mojándole su rostro. Mi rugido fue como el de un oso, el placer fue creciendo hasta desaparecer. Una vez terminado el clímax Juan siguió lamiendo mi pene eliminando toda la muestra de semen. Termino, se levanto de la cama, caminó a su ropero y de un cajón saco un collar, parecía de perro, pero él se lo puso en su cuello un poco apretado.
Regreso a un lado de la cama, junto a mi. Acerco su verga y me golpeo con ella el rostro salpicándome con su liquido preseminal. Tome su pene con una mano y la introduje en mu boca, me quede quieto y Juan fue quien la empujaba adentro y afuera. Después de un rato, la saco y volvió a pegarme con ella en la cara. Se alejo de mi, aun alcanzaba con mi mano su culo, empecé a manosearlo mientras el se masturbaba, dándome la espalda.
Se dio la vuelta, se acerco a mi, yo tome su pene y lo masturbe. Eso me excito, de nuevo mi pene se puso duro. Le dije:
-¿Quieres que mi verga este dentro de tu ano?
-¡Oh, si!
Abrí el paquete de condones que me había dado Luis, saque uno, lo abrí, se lo dí a Juan y él se encargo de ponérmelo. Sin untarse lubricante en su ano, se sentó, dándome la espalda, sobre mi verga. Tuve que quitar mi barriga para que su trasero cupiera sobre mi pubis. Mi pene entro con increíble facilidad dentro de su ano.
Mientras el se masturbaba, su trasero trabajaba en exprimirme el pene. Sus movimientos eran ágiles y rápidos, los gritos de placer se mezclaban entre sí haciendo que el placer fuese mayor. Sus gritos me indicaban que se había corrido, su semen mojo mis piernas pero su trasero no dejo de moverse con mi pene dentro.
Cuando estaba llegando al segundo clímax, supe que esa era mi oportunidad, tome con mis manos su collar y jale de él, al inicio lo hice para que lo cogiera con mas fuerza. Luego lo retorcí dejándolo con poco espacio para respirar. Mi pene estaba depositando mi pene dentro de él, retorcí el collar un poco más hasta asfixiarlo, dejo de respirar, su cuerpo se deposito sobre mi, estaba muerto. Lo aparte de mi con un empujón dejándolo en la cama.
Me vestí, salí de su casa. Ahora era libre para disfrutar de mi hospedaje con Luis.
ese luisillo todo un picaron dandole condones a su amorsote awwwww <3 <3 <3 <3 <3 <3
ResponderBorrarsaludos.... pakorro here